Reciclar bidones de agua puede ser peligroso, los riesgos están asociados a graves problemas para la salud. Conocé cómo esa práctica puede afectar tu salud y por qué es mejor almacenar el agua en tanques adecuados.
Riesgos para la salud
De acuerdo a la OMS, se calcula que alrededor de un millón de personas mueren cada año por diarrea como resultado de la falta de agua potable, saneamiento e higiene de las manos. Sin embargo, la diarrea es en gran medida prevenible y cada año se podrían evitar las muertes de 395 000 niños menores de 5 años si se abordaran estos factores de riesgo. Cuando no hay agua disponible, las personas pueden decidir que lavarse las manos no es una prioridad, lo que aumenta la probabilidad de diarrea y otras enfermedades.
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En 2021, más de 251,4 millones de personas necesitaron tratamiento preventivo para la esquistosomiasis, una enfermedad aguda y crónica causada por gusanos parásitos que se contraen a través de la exposición a agua infestada.
En muchas partes del mundo, los insectos que viven o se reproducen en el agua son portadores y transmiten enfermedades como el dengue. Algunos de estos insectos, conocidos como vectores, se reproducen en agua limpia, en lugar de en agua sucia, y los recipientes de agua potable de los hogares pueden servir como criaderos. Cuando el contenedor donde se almacena el agua no tiene cierre hermético, permite la entrada de insectos y contaminantes, generando un cultivo de bacterias.
Almacenamiento de agua en bidones ¿riesgos químicos?
Lixiviación química. Una preocupación común para las personas que utilizan bidones de agua es la lixiviación química. Esto sucede cuando los químicos del plástico se disuelven y se mezclan con cualquier líquido que esté dentro de la botella. La lixiviación química puede ocurrir debido a la exposición a altas temperaturas o la luz solar o a largos períodos de almacenamiento. Algunos de los químicos que se ha informado que se filtran de las botellas de agua incluyen antimonio, bisfenol A y ftalatos.
Antimonio. El antimonio es un químico que se usa a menudo cuando se fabrica plástico PET. Las agencias de varios gobiernos, incluida la Protección Ambiental de EE. UU. define a el antimonio como contaminante en el agua potable. Por ejemplo, la EPA dice que el agua potable municipal (agua del grifo) es segura si la cantidad de antimonio que contiene es inferior a 6 partes por mil millones (6 microgramos/litro). Esta cantidad se denomina nivel máximo de contaminante (MCL). A corto plazo, la exposición al antimonio superior a esta puede provocar náuseas, vómitos y diarrea. Y la exposición a largo plazo puede provocar un aumento de los niveles de colesterol y azúcar en sangre.
Cuando los plásticos se mantienen a altas temperaturas, existe el riesgo de lixiviación de antimonio, pero el riesgo de lixiviación química es bajo cuando se almacenan los bidones a temperatura ambiente en interiores. Es mejor mantener estas botellas alejadas del sol para minimizar cualquier posibilidad de lixiviación.
Bisfenol A (BPA). El bisfenol A (BPA) es una sustancia química que se utiliza cuando se fabrica el plástico de policarbonato (RIC de “7” y, a veces, “3”). El plástico de policarbonato se utiliza para fabricar botellas de agua anteojos y resinas epoxi que recubren algunas latas de alimentos de metal y tuberías de suministro de agua. El BPA puede filtrarse en alimentos y líquidos en recipientes de policarbonato. Esto es preocupante para algunas personas porque los estudios sugieren una relación entre la exposición al BPA y el aumento de la presión arterial, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas. También puede tener posibles efectos sobre la salud en el cerebro y la próstata de fetos, bebés y niños. Hace aproximadamente 10 años, la FDA dijo que el BPA no se puede utilizar en biberones, vasos para bebés o resinas epoxi utilizadas en envases de fórmula infantil.
Ftalatos. Los ftalatos son sustancias químicas que se utilizan para fabricar plásticos blandos y flexibles, como envases de alimentos de PVC (vinilo), cortinas de ducha, juguetes, tubos intravenosos y fragancias que se utilizan en productos de belleza y cuidado de la piel. Los estudios muestran que los ftalatos pueden interferir con el crecimiento normal y el desarrollo cerebral en los niños y aumentar las alergias.
Los bidones de plástico pueden albergar bacterias dañinas. En verdad, el crecimiento de bacterias en las botellas de agua es una preocupación mucho mayor que la lixiviación de productos químicos. Si necesitas reutilizar un bidón de plástico, asegúrate de lavarlo correctamente primero. La mayoría no son fáciles de limpiar, por lo que puede ser complicado.
Además, el desgaste del bidón por la reutilización puede crear grietas y rayones en la superficie donde pueden crecer más bacterias.
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