En algunas zonas del mundo donde el agua parece ser un recurso infinito y de fácil acceso, prestamos poca atención a lo que le sucede al agua después de haberla utilizado. Entender qué sucede con el agua después de que la usamos para las labores cotidianas, es fundamental para seguir teniendo acceso a agua de buena calidad, así como prevenir enfermedades y repercusiones al ambiente. A continuación hablaremos sobre por qué es importante reciclar aguas residuales domésticas y cuál es el impacto.
¿Por qué reciclar el agua residual?
Aunque la Tierra está compuesta en un 70% por agua, no es el recurso infinito que imaginamos. En realidad, el 97,5% de toda el agua de la Tierra es salada y menos del 1 por ciento del agua dulce disponible es accesible para uso humano directo según la Organización Mundial de la Salud.
Ese 1% no llega muy lejos si no implementamos métodos sostenibles para reciclarla adecuadamente.
El problema actual al que nos enfrentamos es que cada vez hay más contaminación del agua, y por ende escasez. Nuestras fuentes de agua están cada vez más contaminadas debido a la falta de regulaciones sobre las grandes industrias y la actitud informal de la mayoría de las personas a la hora de eliminar sus aguas residuales.
La necesidad de reciclar nuestras aguas residuales se está volviendo crítica a medida que la crisis de agua se extiende por todo el mundo, y no sólo en las zonas en desarrollo.
Importancia de reciclar el agua residual para que pueda volver a ser utilizada
- Beneficia al medio ambiente
Cada día se vierten millones de litros de aguas residuales sin tratar en nuestros océanos. La contaminación causa zonas muertas en todo el mundo impactando gravemente en el flora y fauna marina,
La falta de saneamiento puede afectar la vida de las personas mientras que las aguas residuales tratadas pueden mejorar la calidad de los cuerpos de agua, los suelos en los que se vierten y beneficiar al medio ambiente.
- Reduce los costos de transporte
Para las industrias que generan un gran volumen de aguas residuales, transportar esa agua a algún lugar puede resultar muy caro. Tener tecnología de reciclaje y tratamiento de agua in situ reduce drásticamente los costos de transporte. La demanda de nuevas fuentes de agua también disminuirá a medida que las aguas residuales tratadas estén más fácilmente disponibles.
- Menores costos operativos
Una vez más, tratar y reciclar continuamente las aguas residuales es mucho más asequible que utilizar agua dulce. Sin mencionar que si no empezamos a tratar activamente nuestras aguas residuales, no habrá fuentes de agua dulce, ya que quedarán obsoletas o muy contaminadas.
- Menores riesgos de contaminación
Las aguas residuales no tratadas y no recicladas a menudo se vierten en nuestras grandes masas de agua. Las aguas residuales no tratadas no se descomponen de forma natural. En cambio, contamina nuestros océanos, ríos y arroyos, deteriorando la calidad del agua y potencialmente destruyendo el ecosistema en el que se libera.
Reciclar las aguas residuales es la única manera de evitar futuras escasez de agua y reducir el daño que la contaminación del agua está causando al medio ambiente.
Reducir el impacto mediante la reutilización del agua
La reutilización de aguas residuales in situ puede reducir el consumo de agua tanto en hogares urbanos como rurales.
Las oportunidades para reutilizar las aguas residuales y la regulación de su tratamiento varían según el lugar donde se vive. Los hogares urbanos suelen tener una conexión a un sistema de alcantarillado centralizado o reticulado, mientras que los hogares rurales gestionan sus aguas residuales en el lugar.
Las aguas grises son aguas residuales de instalaciones sanitarias distintas de los sanitarios, como duchas, lavabos y grifos.
En cambio, las aguas negras son aguas mezcladas con residuos del inodoro. Debido al potencial de contaminación por desechos de alimentos, patógenos y grasas, el agua de cocinas y lavavajillas debe excluirse de las aguas grises y considerarse aguas negras.
Cada tipo de agua residual debe tratarse de manera diferente y puede utilizarse de diversas maneras. Las aguas grises son ideales para regar jardines, con las precauciones adecuadas, como utilizar productos bajos o nulos en sodio y fósforo y aplicar el agua debajo de la superficie.
Las aguas grises tratadas adecuadamente también se pueden reutilizar en interiores para tirar la cadena del inodoro y lavar la ropa, dos grandes consumidores de agua.
Las aguas negras requieren tratamiento biológico o químico y desinfección antes de su reutilización. Las aguas negras tratadas y desinfectadas sólo se pueden utilizar al aire libre y, a menudo, sólo para riego subterráneo.
Al utilizar las aguas residuales como un recurso en lugar de un producto de desecho, podés reducir las facturas de agua, utilizar menos recursos hídricos, regar el jardín durante la sequía o cuando existan restricciones de agua.
También permite reducir la cantidad de contaminación que llega a las vías fluviales, ayudar a ahorrar dinero en nueva infraestructura para el suministro de agua y el tratamiento de aguas residuales y disminuir la demanda de infraestructura para el transporte, tratamiento y eliminación de aguas residuales, permitiéndole funcionar mejor y durante más tiempo.
Más información sobre reutilizar el agua en:
¿Cómo encargarse de las aguas residuales sin contar con una planta de tratamiento?
Biodigestor Rotoplas: la opción para tratar las aguas residuales
Si no estás conectado al sistema de tratamiento de agua, podés instalar el Biodigestor Rotoplas. Es autolimpiable, no necesitas que un equipo profesional para desazolvar y se transporta e instala fácilmente.
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Seguí viendo más ventajas del Biodigestor Rotoplas en: ¿Cómo funciona un biodigestor autolimpiable?