Este verano muchas regiones se han visto afectadas por una prolongada época de sequía. Las altas temperaturas en los meses de diciembre y enero ocasionaron un gran impacto en el campo, sobre todo en las zonas centro y sudoeste del país. Frente a este panorama, adoptar medidas de conservación del agua, como parte de una rutina diaria, es indispensable.
Cambio climático y sequía ¿por qué están relacionados?
Mucho se habla de la relación que existe entre el cambio climático y la sequía. El cambio climático contribuye a la falta de lluvia. Las temperaturas más cálidas aumentan la evaporación, lo que reduce el agua superficial y seca los suelos y la vegetación. Esto hace que los períodos con poca precipitación sean más secos de lo que serían en condiciones más frías.
El cambio climático también está alterando la disponibilidad de agua. Las temperaturas más cálidas del invierno están provocando que caigan menos precipitaciones en forma de nieve en el hemisferio norte.
Asimismo, ciertos ecosistemas también dependen del deshielo, que proporciona agua fría. Debido a que la nieve actúa como una superficie reflectante, la disminución del área de nieve también aumenta las temperaturas de la superficie, lo que agrava aún más la sequía generando graves problemas en la flora y la fauna.
Sequía, un problema recurrente
¿Menos lluvia? Algunos modelos climáticos encuentran que el calentamiento aumenta la variabilidad de las precipitaciones, lo que significa que habrá más períodos tanto de precipitaciones extremas como de sequía.
Esto crea la necesidad de ampliar el almacenamiento de agua, para utilizar durante los meses de sequía, y aumenta el riesgo de inundaciones y fallas en las represas, durante los períodos de precipitaciones extremas.
Las estimaciones de los cambios futuros en la precipitación estacional o anual, en un lugar en particular, son menos seguras que las estimaciones del calentamiento futuro y son áreas activas de investigación. Sin embargo, a escala global, los científicos confían en que los lugares relativamente húmedos, como los trópicos y las latitudes más altas, se volverán más húmedas, mientras que los lugares relativamente secos en los subtrópicos (donde se encuentran la mayoría de los desiertos del mundo) se volverán más secos.
3 claves para el almacenamiento de agua
Frente a una situación de sequía, que se va agravando cada vez más, podés seguir estos consejos:
Elegí un tanque de almacenamiento resistente . En el campo se almacenan grandes cantidades de agua. Hablamos de millones de litros. Elegí un tanque o cisterna resistente, de gran capacidad, de manera que tengas disponibilidad en todo momento.
Escogé un material duradero. Materiales como el polietileno se encuentra entre los más eficientes y duraderos. Elegí un modelo de cisterna o tanque de almacenamiento de agua que se adapte a tus necesidades: existen variedad de diseños.
Invertí en marcas reconocidas. En el mercado podés encontrar varias marcas de tanques y cisternas. Elegí una que cuente con prestigio, experiencia y brinde garantía a sus productos.
Otras prácticas efectivas para conservar el agua
- Deja que tus áreas verdes entren en estado latente.
La mejor manera de ahorrar agua al aire libre durante una sequía es dejar que las zonas verdes entren en estado latente. Por ejemplo, el césped se volverá marrón durante la inactividad, pero recuperará su color una vez que regresen las lluvias. La mayoría de los céspedes sanos se pueden dejar inactivos durante 3 a 4 semanas sin que se mueran. Si las condiciones de sequía duran más de 4 semanas, se debe aplicar agua para rehidratar el césped y para mantenerlo vivo. Riega lo suficiente para humedecer el suelo hasta 12 centímetros y hazlo por la tarde o de noche para que el agua no se evapore.
- Riego manual. El riego manual ahorra hasta un 40 % del agua utilizada en comparación con los aspersores, ya que los aspersores aplican agua en toda la franja que deben cubrir. El riego manual también entrega toda el agua justo donde se necesita, a diferencia del aspersor que pierde algo de agua por el viento y la evaporación antes de que llegue al suelo.
Una alternativa al riego manual es usar mangueras de remojo o sistemas de goteo. Estos métodos permiten suministrar agua a áreas específicas, de forma similar al riego manual. Las mangueras de remojo y los sistemas de goteo también se pueden colocar en temporizadores que se instalan fácilmente en la llave de la manguera.
- Lava las maquinarias usando un balde para agua.
Durante una sequía, la gente entiende que es un desperdicio lavar la maquinaria con regularidad. Se puede agregar al agua un cuarto de taza de vinagre blanco para reducir el polvo, y esa solución no necesitará más enjuague.
- Conserva el agua potable en una jarra en la heladera. Simplemente decantando el agua del purificador en un recipiente grande o en botellas individuales, podés ahorrar hasta un 50% del agua utilizada para beber personalmente. Además del beneficio obvio de conservar agua, mantener el agua en la heladera tiene dos beneficios adicionales: el agua está más fría que la del grifo y dejas de comprar agua en botellas de plástico individuales, que suelen obstruir los vertederos y aumentar la carga de desechos plásticos.
- Conserva agua en recipientes seguros. Almacenar agua en recipientes resistentes, diseñado para ese fin, es la mejor medida que podés tomar. De esa manera podrás utilizar esa agua cuando lo requieras. Eso sí: elegí siempre tanques que cuenten con garantía y con sistemas anti bacterias.
Finalmente, nunca desperdicies el agua. Aplica algunos de estos consejos de ahorro y ¡cuida el planeta!