6 Consecuencias del cambio climático global

El cambio climático global es una realidad actual. No hay que esperar décadas para comenzar a sentir sus efectos, ni es algo lejano que ha comenzado en otro continente. La acciones de los seres humanos han acelerado este proceso: el aumento en la emisión de los gases del efecto invernadero, la escasez de agua y el descuido generalizado en la manufactura y consumo de cierto bienes, aunados al manejo inadecuado de los desechos nos han llevado a un momento de crisis real y sostenida. En el país hemos visto las consecuencias de cambio climático desde hace unas décadas, como indica la Secretaría de Ambiente, traducidas en el aumento de temperaturas promedio y el caudal de los ríos. Quizá hemos notado que los inviernos son más crudos, que el verano es mucho más severo. Pequeños detalles que son la punta del iceberg de lo que está ocurriendo en realidad y que nos obligan a buscar alternativas y estrategias para frenar el avance del desastre.

¿Cuáles son las consecuencias del cambio climático?

– Fenómenos metereológicos extremos

A lo largo del mundo los desastres naturales son cada vez más frecuentes y extremos: olas de calor, sequías, inundaciones, incendios incontrolable y tormentas son moneda corriente. Estos fenómenos se harán mucho más frecuentes y desproporcionados gracias a los cambios bruscos de temperaturas producidas por el cambio climático, que altera los ciclos naturales.

– Aumento de las grietas sociales y desigualdad

Parece paradójico, ya que son las naciones industrializadas y los grupos sociales más privilegiados quienes producen una mayor emisión de gases de efecto invernadero, pero son las regiones y personas más pobres los que sufrirán las consecuencias más directas y negativas. Estos grupos más vulnerables son los que se afectarán primero por el hambre, el clima inhóspito, el aire contaminado, las inundaciones y otros problemas; porque no tendrán los recursos para afrontar desastres.

– Problemas de salud y enfermedades

El cambio climático global tiene una influencia directa en los factores que garantizan la conservación de una salud integral: aire limpio, alimentos nutritivos y suficientes, vivienda segura y agua pura. Cuando el medio ambiente fue alterado por desastres naturales, la contaminación y otros fenómenos que impactan en estos factores, se crea el ambiente perfecto para la proliferación y transmisión de plagas y enfermedades. Desde virus y bacterias producidas por el agua contaminada que causan disentería y otros problemas gastrointestinales, hasta el aumento de vectores como el zancudo que transmite la malaria, el dengue y otras patologías.

– Dificultad para obtener agua potable

En todos los procesos humanos es imprescindible la presencia del agua potable. Desde el cultivo de alimentos hasta para el consumo directo. El cambio climático produce sequías severas, que afectarán las fuentes de agua naturales. De hecho, la ONU aseguró que en un futuro la falta de agua apta para el consumo humano puede ser causa de guerras.

– Disminución de cultivos y cosechas

El aumento de los desastres naturales, sumadas a la sequía y desertificación, han tenido como consecuencia la pérdida de miles de hectáreas que se utilizaban para la obtención de alimentos. Esto quiere decir que la producción de alimentos se ve comprometida, aumenta los niveles de desnutrición, además de problemas económicos para las naciones. Por ejemplo, en Argentina hay una disminución del 13% de los glaciares, lo que puede afectar a corto y mediano plazo el cultivo de uvas utilizadas para la industria vinícola nacional, que aprovecha el agua que proviene de los glaciares en primavera.

– Desertificación y aumento del nivel del mar

Este cambio de los patrones de temperatura afecta todo el ecosistema. Así como hay especies animales que no pueden adaptarse con tanta rapidez a estos cambios climáticos y que pueden desaparecer (como los osos polares que mueren ahogados), los climas se hacen cada vez más extremos y hay regiones que se han convertido en verdaderos desiertos por las altas temperaturas, mientras que en otras hay riesgos de inundaciones, ya que al derretirse la nieve de las capas de hielo se vierte más agua en el mar. Hay riesgo de que islas y penínsulas desaparezcan o que se produzcan grandes daños en infraestructura. Argentina no es inmune a estos cambios: a inicios de 2019 ya se había estimado que el nivel del Río de la Plata había subido 20 centímetros y esto seguirá aumentando: mientras que las olas de calor se harán cada vez más intensas.

¿Qué podemos hacer?

Es imprescindible aceptar que como ciudadanos somos responsables del cambio climático global, así sea en un porcentaje reducido comparado con grandes industrias. Hay alteraciones sencillas que podemos hacer en nuestro estilo de vida para reducir al máximo la huella de carbono, se trata de adaptar hábitos cotidianos que parecen insignificantes pero que sumadas pueden marcar una gran diferencia. Además de revisar nuestros hábitos de consumo y tomar decisiones conscientes cuando compramos un producto, un cambio que puede ser trascendental está relacionado a la forma en que utilizamos y almacenamos el agua potable. Por ejemplo, el utilizar tanques de almacenamiento de calidad, que sean capaces de conservar las características organolépticas del agua por más tiempo para evitar su desperdicio y contaminación. Por otro lado, debemos de aprender a ahorrarla y a usarla de manera controlada. Es necesario actuar ya. El cambio climático global no espera, no es un futuro, está ocurriendo y vos podés hacer algo para detenerlo.

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