Cuando se trata de cuidar tu hogar, hay mucho en qué pensar. Con tantos detalles que cuidar, puede ser difícil hacer un seguimiento de todo. Una cosa que muchos propietarios olvidan, o de la que no saben mucho, es sobre la calidad del agua que llega sus hogares y que utilizan en su vida diaria.
¿Qué es la calidad del agua?
Todos hemos oído hablar de la calidad del agua, pero muchos de nosotros no tenemos una buena idea de lo que significa. Empecemos por saber, ¿por qué el agua tiene una calidad?
La calidad del agua se refiere a cuán pura o limpia es el recurso. Cuanto más limpia es el agua, mayor calidad decimos que tiene. Esto es muy importante saberlo, pues está relacionada con la salud.
Desafortunadamente, la realidad es que cada vez es más escasa el agua pura en su estado natural. El agua recoge naturalmente todo tipo de impurezas, gases, químicos, materia orgánica polvo y otras partículas cuando cae del cielo en forma de lluvia y llega a los cuerpos de agua como lagos y manantiales.
El agua después viaja a través del sistema de tuberías y llega a una planta de tratamiento. Estas instalaciones funcionan para eliminar las impurezas del agua y hacerla apta para su uso.
Sin embargo, no todos los hogares tienen agua que proviene de una instalación de tratamiento de agua. Muchas casas, especialmente en áreas rurales, emplean agua que proviene de pozos ubicados en sus propios patios y campos. En casos como estos, es importante que los propietarios estén al tanto de las sustancias potencialmente dañinas que podrían estar ingiriendo junto con el agua. Por lo tanto, deben asegurarse de que esté a la altura del estándar de calidad.
¿Cómo analizar el agua de tu hogar?
La forma más fácil y sencilla de asegurarse de que el agua potable cumple con los estándares es someterla a pruebas en un laboratorio acreditado.
Algunos de los elementos y contaminantes que suelen aparecer durante estas pruebas incluyen:
- Productos químicos
- Dureza (minerales)
- Arsénico
- Rieles
- coli
- Nitrato
- Bacterias coliformes
- Plomo / cobre
¿Cómo mantener limpia el agua de tu hogar?
Invierte en un dispositivo de acondicionamiento de agua. Este nivel adicional de limpieza permite filtrar diferentes elementos del agua como contaminantes y residuos sólidos. Un ejemplo es el Dispositivo de Acondicionamiento de Agua Estándar Rotoplas. Con él se puede obtener agua transparente, sin sedimentos, olores y sabores. Se instala entre la tubería externa y el tanque, así el agua que entra, tendrá una mejor calidad.
Dale mantenimiento al sistema de plomería. Todo el mundo quiere tener un sistema de plomería que funcione sin problemas. Pero, ¿sabías que el mantenimiento de las tuberías puede ser un paso crucial para mantener la limpieza y la calidad del agua? Para comprender la mejor manera de cuidar tu sistema de plomería, es mejor saber primero qué tipo de tuberías tiene.
PVC: el cloruro de polivinilo, o PVC, es el tipo de tubería más común disponible en la actualidad, aunque el agua caliente eventualmente destruirá esta tubería de plástico.
CPVC: extremadamente similar al PVC, la tubería de cloruro de polivinilo clorado tiene la ventaja de poder manejar agua fría y caliente.
PEX: las tuberías PEX se están volviendo más populares debido a su naturaleza asequible y su capacidad para conducir tanto agua fría como caliente.
Metal galvanizado: este tipo de tubería ya no se usa mucho y es más común en las casas construidas durante los años 70.
Cobre: es un metal fácil de identificar y no se utiliza normalmente en la actualidad debido a que su precio es muy costoso.
¿Y el plomo…? ¿Es dañino para la salud? Una de las principales cosas que pueden preocupar a muchas personas es el plomo en el agua potable. Si ese es tu miedo, podés estar tranquilo, sabiendo que el plomo es un material poco común en la plomería residencial moderna.
Hay excepciones a esto, por supuesto. Si tu casa tiene 30 años o más, tiene tuberías de metal y no se ha mejorado desde que se construyó, es probable que la soldadura de sus tuberías contenga plomo. La única solución es una revisión completa y una remodelación del sistema de plomería de tu casa. Por mucho que esto pueda parecer un enorme dolor de cabeza, vale la pena evitar los riesgos para la salud que puede ocasionar beber y usar agua contaminada. Incluso si no te preocupa la posibilidad de que haya plomo, una inspección anual del sistema de plomería es una medida preventiva inteligente.
Otra buena forma de garantizar la calidad de tu agua es tratarla bien en tu propia casa. Es posible que no te des cuenta, pero incluso las pequeñas acciones como ducharse, lavar la ropa o lavarse las manos pueden tener un gran impacto en el agua. Al tomar algunas precauciones simples, podés ayudar a mantener el agua limpia y segura para todos.
Usá jabones y limpiadores ecológicos: podés ayudar a tu sistema de agua con solo tener cuidado con lo que tiras por el desagüe. Trata de no utilizar jabones o limpiadores que estén llenos de químicos sintéticos pesados.
Utilizá tratamientos de césped ecológicos: el mismo principio se aplica a tu césped. Si colocas productos químicos agresivos en tu jardín, contaminarán el agua subterránea. Usá solo pesticidas ecológicos y tratamientos para el césped para mantener el agua libre de contaminantes.
No tires los medicamentos vencidos por el desagüe, ya que al hacerlo podés contaminar el agua. Tampoco tires productos químicos o aceites sobrantes.