¿Qué son los cultivos industriales?

Los cultivos industriales en Argentina son uno de los pilares de la economía nacional. En este artículo te contamos qué son los cultivos industriales, qué tipos existen, qué los distingue de los cultivos producidos industrialmente y qué ventajas pueden representar para la economía regional y nacional de un país.

Es sabido que en el mundo agroindustrial hay distintas estrategias y usos que obedecen a necesidades y búsquedas diferentes. No todos los cultivos son para consumo directo, y el cultivo industrial es un ejemplo de ello. Hay distintos tipos: textiles, alimenticios, oleaginosas comestibles y de tabaco. En este artículo te contamos de qué se trata.

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Qué es un cultivo industrial

Se trata de plantaciones de distintas especies que son utilizadas para distintos fines. Es decir que su consumo no es directo ni tienen un destino alimenticio, sino que son transformadas para un uso más provechoso.

En otras palabras, los cultivos industriales son aquellos a cuyo producto final se le da un uso más amplio. Para eso atraviesa otro proceso de producción industrial, lo que lleva a una gran actividad económica al invertirse en grandes infraestructuras y a la distribución interna y externa de los productos finales.

Un ejemplo claro es el de la soja. Frente a la pregunta de por qué la soja es un producto industrial, la respuesta es que se trata de una oleaginosa comestible con la que luego se producen otras manufacturas como harina y aceites vegetales. Otro ejemplo es el algodón: después de la recolección y tratamiento, la fibra pasa por procesos industriales para ser convertida en hilos y tejidos.

¿Cultivos industriales o cultivos producidos industrialmente?

Es importante no confundir los cultivos industriales con el cultivo producido industrialmente. La agricultura industrial puede pensarse como opuesta a la agricultura artesanal, porque produce industrialmente. Con ella podemos referirnos a cultivos vegetales, pero también a cría de ganado o incluso a la industria de productos derivados de animales, como podrían ser la leche o los huevos.

En la agricultura industrial, entonces, el aspecto industrial se encontrará presente principalmente en los métodos de producción, y de ellos se desprenderán repercusiones a gran escala en todos los estadios del circuito productivo y de comercialización: al riego intensificado y la implementación de fertilizantes y plaguicidas químicos se sumará un gran despliegue de maquinaria agrícola específica, investigación y aplicación de modificaciones genéticas, ampliación de los mercados, regulación y fijación de patentes y registros para establecer regímenes de propiedad sobre el nuevo conocimiento producido, comercialización de alcance global. 

La diferencia que tiene la agricultura industrial o el cultivo producido industrialmente con el llamado cultivo industrial es la que se desprende de la definición de cultivos industriales que vimos antes. Mientras que muchos alimentos y materias primas de origen agrícola pueden producirse industrialmente, los cultivos industriales propiamente dichos no son productos de consumo directo. Esto explica que la mayoría de los alimentos cultivables y de origen animal se produzcan industrialmente, y a su vez no se trate de “cultivos industriales”.

cana de azucar
Foto por Victoria Priessnitz en Unsplash

Tipos de cultivos industriales

Los cultivos industriales en el mundo son en su mayoría de café, yerba mate, té, tabaco, soja, algodón, caña de azúcar, maíz, cáñamo, lino, lúpulo, entre otros. Si bien muchos de ellos son alimentos, en este caso se los utiliza para otros fines, sacando mayor provecho al recurso. En cambio, la vid, el olivo y los cereales, que también atraviesan procesos de fabricación, no son considerados cultivos industriales.

Productos derivados de la soja

La soja es una planta oleaginosa de origen asiático, que durante la década del 70 empezó su expansión al resto del mundo por su fácil capacidad de adaptación en distintas condiciones climáticas y de suelos. Parte de su popularidad se debe, además, a que los productos derivados de la soja son múltiples y muy variados. 

Entre los usos de la soja podemos mencionar, dentro de la industria alimenticia, lo que se denomina carne vegetal, leche de soja, aceites. También, dentro de los productos derivados de la soja, es muy importante la demanda del alimento balanceado para el ganado y la fabricación de los biocombustibles, es decir, combustibles que se producen en base a distintos tipos de vegetales: al ser la soja una planta oleaginosa, se obtiene un aceite que se utiliza como alternativa para producir combustibles que no provienen de materia fósil como el petróleo. 

Productos derivados de la caña de azúcar

La soja no es el único cultivo industrial que presenta productos derivados. La caña de azúcar, al contrario de lo que podría parecer a primera vista, produce algo más que azúcar. Entre los productos derivados de la caña de azúcar, podemos mencionar que de sus hojas y bagazo se producen alimentos para animales, sobre todo ovejas y porcinos. 

A su vez, el bagazo se utiliza para la producción de electricidad. Las mieles y azúcares que provienen de la caña son el eslabón para productos como dulces, caramelos y bebidas. Si dichas mieles se destilan, se llega a la fabricación de etanol, un combustible ecológico derivado de la caña de azúcar que se presenta como una buena alternativa a los combustibles fósiles porque absorbe CO2. 

Por último, frente a la pregunta de qué se puede hacer con la caña de azúcar, la fibra de caña se utiliza para producir papel. Se trata de una fibra que presenta diversos atributos, entre ellas la de ser biodegradable, se puede reciclar y sirve como materia para el compostaje. 

Frente a algunas críticas que se realizan al sector, se suele señalar que los cultivos industriales de azúcar se llevan adelante con control biológico, de modo que el uso de insecticidas químicos se reduce al mínimo. 

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Productos derivados del algodón

Frente a las preguntas de cuáles son los productos derivados del algodón o qué se puede hacer con el algodón, enumeramos algunas de sus posibilidades:  

  • El aceite. Este derivado del algodón se produce al presionar la semilla. Su extracción fue posible una vez que se encontró la forma de erradicar el intenso olor del algodón. El aceite derivado del algodón cuenta con gran cantidad de vitaminas D y E, aunque, por otra parte, contiene un alto nivel de grasas saturadas.
  • La pólvora. Este producto derivado del algodón surge del nitrato de celulosa. Al tacto, se parece al algodón original, pero también puede tener la forma de un líquido viscoso. Como sabemos, la pólvora es un producto derivado del algodón que se utiliza en municiones y explosivos, aunque la celulosa también está presente en en el celuloide de las fotografías y las películas filmográficas. 
  • Papel moneda. No sucede con todos los billetes, pero algunas monedas, como el dólar estadounidense, son productos derivados del algodón.  
  • El uso más popular: la ropa. ¿Quién no mira la etiqueta de sus prendas para comprobar el porcentaje de algodón con que están hechas? La vestimenta es otro producto derivado del algodón, muy popular por la calidad que otorga este material. 
  • El jabón. Pocos saben que este es un producto derivado del algodón. Al combinarse con otros materiales, el extracto de esta planta se utiliza para estos fines por su alto contenido de grasa y su facilidad para cuidar la piel.  
  • Neumáticos. La producción de cubiertas para automóviles, camiones, bicicletas y rodados en general se realiza en base a la combinación de caucho y algodón.
  • Cosméticos y maquillaje. Cremas para la piel, shampoo y jabones son productos derivados del algodón por sus características nutritivas: reducción de arrugas, hidratación, protección. 

De esta manera, podemos ver cómo los cultivos industriales tienen un destino que llega mucho más allá de los alimentos. Productos derivados de la soja, el algodón y la caña de azúcar son apenas algunos de los casos en que los cultivos industriales se insertan en el denso tejido del circuito económico.

Cuáles son los cultivos industriales en Argentina

Argentina posee un vasta superficie y, por lo tanto, distintas condiciones climáticas de acuerdo a la región. Esto hace posible el cultivo de distintas especies, y por consiguiente el posicionamiento en el mercado internacional como uno de los principales países exportadores de alimentos. Los cultivos industriales en Argentina son en su mayoría de algodón, caña de azúcar, stevia, tabaco, té y yerba mate. 

El 68.9% de las hectáreas cultivables en Argentina son de oleaginosas y cereales, el 30.4% de cereales, y el 21% de forrajera (plantaciones destinadas a la producción de pasto de ganado). Según datos recavados en el Censo Nacional Agropecuario de 2018, los cultivos industriales en Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe destinan la mayor parte al cultivo industrial oleaginosas y cereales. En cambio, en Tucumán, San Juan y Mendoza, destinan sus áreas a las plantaciones de frutales, y Salta, Santiago del Estero y Córdoba al cultivo de legumbres. Por lo tanto, los cultivos industriales en Argentina se encuentran mayormente concentrados en las provincias del norte.

Importancia de los cultivos industriales

Los cultivos industriales generan una gran actividad económica, desde la estrategia elaborada para la plantación y cosecha de cultivos, la mano de obra contratada y los medios de transporte de las plantas cultivadas, hasta su conexión con la industria que transformará la materia prima.

De ahí la importancia de los cultivos industriales: son una gran fuente de actividad económica y empleo. En general, su producción es estable, dado que los productos elaborados con los cultivos industriales como el algodón, las oleaginosas (vegetales de cuyas semillas puede extraerse aceite, como en el caso de la soja, el maní, el girasol y el lino), entre otras, en general devienen en productos de uso frecuente, como textiles, aceites, azúcar, como también para la elaboración de medicamentos e incluso para la investigación de combustibles alternativos. Así, el vínculo entre los cultivos industriales y las industrias que transforman la materia prima se vuelve un pilar fundamental de la economía.

Ventajas sobre otro tipo de cultivos

La importancia de los cultivos textiles e industriales reside en el diferencial de trabajo y valor agregado que imprimen sobre los productos en cuestión. A la forma de una cadena de valor, los cultivos industriales exigen una gran capitalización a los productores (por este motivo, como hemos mencionado, es que muchas veces terminan tendiendo a la monopolización o la concentración desmedida), pero también proporcionan grandes réditos. El valor agregado por la industria suele ser notablemente rentable, y a diferencia de la producción de materias primas, también llamada producción primaria, el cultivo industrial permite desplegar toda una cadena de trabajo que empieza en la producción agrícola y puede llegar hasta la comercialización global.

Estas cuestiones repercuten en la generación de empleos, que también es un punto fuerte de los esquemas productivos que involucran la industria. A su vez, la producción de cultivos industriales da por tierra con esa falsa paradoja que opone el campo a la industria: existe la cara industrial de las actividades agrícolas, y es altamente productiva, extendiendo su repercusión al plano de las economías tanto regionales como nacionales e internacionales. 

cultivo industrial
Foto de Rodrigo Flores en Unsplash

Cultivos industriales: ventajas y desventajas

Los cultivos industriales son un tipo de plantación y de uso de los recursos agrícolas que no tienen por único destino la producción de alimentos, sino que se utilizan como materia para la realización de productos elaborados. La práctica de los cultivos industriales presenta ventajas y desventajas. Veamos cuáles son:

Ventajas

  • Una de las ventajas de los cultivos industriales es que permiten la producción en grandes volúmenes, lo que cubre casi por completo las necesidades humanas y animales (ganado, mascotas, etc.). 
  • La producción en grandes volúmenes lleva los precios a la baja, y por lo tanto más personas pueden acceder a las materias primas. De esta manera, las personas pueden destinar más ingresos a otros consumos. 

Desventajas

  • Los cultivos industriales pueden generar serios daños ecológicos al causar desequilibrios en el medioambiente. El uso de agroquímicos, es decir, fertilizantes que modifican genéticamente las especies para hacerlas más resistentes a las plagas, pueden causar problemas en el suelo y contaminar el agua de las napas subterráneas con la que luego se alimenta la comunidad.  
  • Otra desventaja de los cultivos industriales es que se concentra la actividad en grandes productores que cuentan con los insumos y la estructura para plantar a gran escala. De esta forma, los medianos y pequeños productores no pueden competir y quedan afuera.

Dos ejemplos: el algodón y la soja

Para comprender el impacto tanto positivo como negativo del cultivo industrial, ejemplos como el del algodón y la soja son perfectos. Se trata de dos tipos de cultivos industriales distintos, uno de ellos con gran desarrollo en Argentina, como es el caso de la soja. 

La soja

En los últimos cincuenta años, el cultivo de soja creció exponencialmente, llegando a multiplicarse por quince. En la amplia extensión del continente americano se concentra la mayor parte de la tierra destinada a la siembra de soja: sólo en Sudamérica se produce alrededor del 50 por ciento de la producción mundial.

Pero la soja presenta una peculiaridad: a diferencia de otros cultivos, se trata de un cultivo de ciclo largo, puesto que su ciclo es anual. Por este motivo, la expansión de la plantación sólo puede hacerse habilitando nuevos terrenos a esta finalidad. El crecimiento del mercado de la soja implica entonces, forzosamente, cierto grado de deforestación, que las llamadas “tierras naturales” se conviertan en terreno cultivado con soja, amenazando la biodiversidad de la zona e incrementando las emisiones de carbono, erosionando el suelo y a veces, a causa de los agroquímicos, contaminando el agua del lugar. 

Contra lo que se cree muchas veces, la grandísima mayoría de soja producida en el mundo no tiene fines alimenticios inmediatos. Esto explica por qué la soja es un cultivo industrial: entre el 80 y el 90 por ciento de su producción se destina a la alimentación de animales de granja. El porcentaje restante se reparte entre la producción de biocombustibles y los alimentos para consumo humano. 

El algodón

Como la soja, el algodón es un tipo de cultivo muy exigente: sin ir más lejos, en la producción de tan sólo un kilo de algodón se involucran alrededor de 20 mil litros de agua. ¿Para qué se usa un kilo de algodón? Como sabemos, se trata de un producto primario enormemente utilizado y transformado en las manufacturas más variadas, pero por poner algún ejemplo podríamos decir que un kilo de algodón equivale a unos pantalones de jean y una remera. 

Sin embargo, el consumo de agua no es el único aspecto en que la producción de algodón representa un desafío para el cuidado del medio ambiente. No es una novedad para nadie la introducción de plaguicidas tóxicos en los cultivos industriales y no industriales, de los cuales el algodón no es la excepción. Ella involucra usualmente el uso de plaguicidas y fertilizantes solubles, y también de otras técnicas agrícolas agresivas con el medio ambiente, como el arado profundo y el monocultivo, que en ocasiones atentan contra la salud del suelo y la biodiversidad.

Pero en el universo de la producción de algodón han aparecido iniciativas que, reconociendo la importancia de los cultivos industriales, demuestran que otras posibilidades son al menos explorables. La producción de algodón orgánico regenerativo es una respuesta posible frente al desafío ambiental al que nos enfrentamos, incluido el cultivo industrial; ejemplos como éste pueden hacer grandes aportes en los años venideros. Esta iniciativa busca trabajar priorizando el mantenimiento y la restauración de la salud y fertilidad del suelo, evitando la aplicación de plaguicidas que puedan resultar tóxicos y que permanezcan en la tierra, el agua o en el mismo producto. Otra preocupación que este tipo de propuestas revisan de las prácticas tradicionales tiene que ver con las condiciones de trabajo de quienes llevan a cabo estas tareas agrícolas.

A modo de síntesis, podría decirse que, por definición, los cultivos industriales están basados en sistemas intensivos de producción para satisfacer una demanda de escala planetaria a costos bajos. Si bien los costos son menores, el tiempo de cultivo se acorta y se dinamiza el desarrollo económico, hay desventajas de los cultivos industriales que deben ser tenidos en cuenta, sobre todo el impacto medioambiental y la concentración monopólica. 
El desafío es, entonces, conservar las ventajas de los cultivos industriales pero procurar la transformación hacia un modelo sustentable y amigable con los recursos naturales.

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Cómo aumentar la producción de los cultivos industriales

Actualmente contamos con una variedad de herramientas que fuimos perfeccionando a lo largo de los años y del aumento de la demanda de alimentos o productos por parte de la población, lo que supuso una gran ventaja para no depender únicamente de las condiciones meteorológicas para la producción agropecuaria.

Uno de ellos es el riego. Es importante que consideres los distintos tipos de riego que pueden beneficiarte o no según el tipo de cultivo que implementes: siendo el riego por goteo ideal para las plantaciones de hortalizas, el riego por aspersión es el que mayor beneficios trae para los cultivos industriales, dado que abastecen de agua a la totalidad de la planta y no sólo sus raíces, se hace un uso eficiente del agua y no requiere una gran cantidad de mano de obra.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es el cuidado de los suelos. Evitar su degradación gracias a la rotación de las plantas cultivadas, fertilizantes amigables con el ambiente o riegos que no lo dañen, traerá mayores beneficios a corto y largo plazo y a los cultivos industriales, ya que la producción se encontrará garantizada.

En el caso de encontrarse en zonas donde el acceso al agua puede volverse un inconveniente, lo mejor es contar con reservas de tanques de agua y así poder continuar con la producción en caso de realizarse algún corte de los suministros de agua.

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