Margenes agrícolas: ¿es rentable producir en Argentina?
El trabajo de un agricultor no se reduce solo a sembrar y cultivar. Si querés vivir de lo que producís, tenés que aceptar que hay etapas que no se pueden evitar: sembrar, cosechar y ponerse a hacer cuentas. Podés no darte cuenta y terminar con un cultivo que te deja pérdida, o capaz que uno que no esperabas resulta un gran negocio. Para salir de dudas, lo primero que necesitás es calcular el rendimiento del cultivo, y para eso están los cálculos de rentabilidad agrícola.
En el fondo, la agricultura no deja de ser un negocio donde la idea es maximizar las ganancias. La rentabilidad agrícola se mide en base a factores económicos, algunos que podés calcular y otros que no son tan fáciles de medir.
Responder a cómo calcular el rendimiento de una cosecha no es nada sencillo. Si queremos sacarle el jugo, tenemos que analizar tanto las variables económicas como las cualitativas, ya sea juntas o por separado. Y cuidado: hay muchas variables en juego. Debemos considerar los costos fijos, los variables y, además, tener en cuenta factores como los vaivenes en el precio de las cosechas, el costo de los fertilizantes y los fitosanitarios, o la inversión enorme que hacés en maquinaria. Todo esto hace que calcular el rendimiento de una cosecha sea bastante complejo.
En este artículo te contamos, en criollo y con un lenguaje claro, cómo hacer un cálculo de rendimiento agrícola y qué cosas tenés que tener en cuenta. Son cálculos simples que te sirven como primer paso para saber si te conviene seguir sembrando o si, en realidad, estás perdiendo recursos.
¿Qué es el margen bruto agrícola?
Siempre que hay un movimiento económico y se ponen en juego recursos materiales y humanos para lograr un objetivo en un tiempo determinado, lo que se busca es que sea rentable. O sea, que la ganancia justifique el riesgo que implica encarar ese proyecto. Si llevamos este concepto al campo, eso es lo que se conoce como rentabilidad agrícola.
Es clave que los productores tengan claro qué expectativas tienen con sus cultivos, tanto en lo que se refiere a las ganancias como al riesgo que implica sembrar. ¿Por qué? Porque toda inversión se basa en la relación entre riesgo y rentabilidad: cuanto más alto es el riesgo, menos ganas tenés de jugártela; pero si hay una chance de obtener una buena rentabilidad, a veces vale la pena correr el riesgo.
Si querés calcular la rentabilidad de un cultivo antes de sembrar, lo primero es estimar cuánto vas a producir. A esa producción estimada la multiplicás por el precio que esperás obtener, y después le restás los costos de producción. Esta cuenta, que parece simple, te da una idea del rendimiento de la cosecha a lo largo del ciclo. Pero, ojo, porque detrás de cada término hay un montón de variables y cambios a los que el productor tiene que ajustarse.
Si necesitás hacer un cálculo aproximado del rendimiento de tus lotes, lo mejor es tomar datos de una parte de ellos y extrapolarlos al resto. Eso sí, la muestra tiene que representar bien todo el cultivo. Muchas veces se eligen los mejores lotes para que el resultado se vea más prometedor, pero el problema es que así el rendimiento agrícola que calculás no termina reflejando la realidad del conjunto.
Margen bruto agrícola: cómo calcularlo
El margen bruto agrícola es un indicador económico que se utiliza para evaluar la rentabilidad de un cultivo o actividad agrícola. Básicamente, es la diferencia entre los ingresos generados por la producción y los costos directos que están asociados con esa producción.
Se calcula con la siguiente fórmula:
Margen Bruto = Ingresos Totales – Costos Directos
- Ingresos Totales: Es el dinero que obtenés por la venta de lo producido, que depende de la cantidad cosechada y el precio de venta.
- Costos Directos: Incluyen todos los gastos directamente relacionados con el cultivo, como semillas, fertilizantes, agroquímicos, combustible, mano de obra específica y mantenimiento de maquinaria, entre otros.
El margen bruto no tiene en cuenta los costos fijos, como la amortización de maquinaria o el alquiler de la tierra, por lo que es una herramienta útil para analizar la rentabilidad operativa de un cultivo en particular.
¿Por qué es importante?
El margen bruto te permite:
- Comparar la rentabilidad de diferentes cultivos.
- Tomar decisiones sobre qué sembrar en cada temporada.
- Evaluar si vale la pena invertir en un cultivo o cambiar de estrategia.
En Argentina, calcular el margen bruto es clave para manejarse en un mercado donde los precios, los costos, el tipo de cambio y las condiciones climáticas pueden cambiar muy rápidamente.
¿Es rentable producir en Argentina, considerando el margen agrícola?
La rentabilidad de producir en Argentina, considerando el margen agrícola, depende de múltiples factores, ya que el país tiene un contexto económico y político bastante particular que afecta tanto los costos como los ingresos del productor. A continuación, desglosamos los puntos clave para analizarlo:
Ventajas de producir en Argentina
- Tierra fértil: Argentina cuenta con algunas de las tierras más productivas del mundo, especialmente en la región pampeana.
- Diversificación: El productor argentino suele diversificar sus cultivos (soja, maíz, trigo, girasol, entre otros), lo que ayuda a mitigar riesgos.
- Tecnología: La adopción de tecnología, como la siembra directa, ha permitido aumentar rendimientos y reducir costos en las últimas décadas.
¿Es rentable?
En condiciones favorables (buen clima, precios internacionales altos y costos estables), la producción agrícola puede ser rentable y competitiva a nivel global.
Sin embargo, la rentabilidad se ve muy afectada por el contexto macroeconómico argentino, como la inflación, las retenciones y la volatilidad del dólar. En algunos años, los márgenes son muy ajustados, y muchos productores dependen de rendimientos excepcionales para cubrir sus costos y generar ganancias.