Qué son los residuos agrícolas y cómo tratarlos
La generación de desechos es un problema transversal a toda actividad humana, y la atención que se le ha prestado a este problema, así como las distintas soluciones barajadas, han sido variables a lo largo de la historia. En este artículo hablaremos de un tipo específico de residuos, que son aquellos asociados a una de las actividades humanas más importante de todas: los residuos agrícolas.
El sector productivo del campo produce gran variedad de tipos de desechos, y hablamos de desechos orgánicos e inorgánicos, a priori sin distinción. Aunque cuando decimos “residuos agrícolas” pensamos intuitivamente en desechos orgánicos, la verdad es que los plásticos descartados al desmontar un invernadero forman parte de los llamados residuos agrícolas, y claramente están lejos de ser desechos biodegradables.
En cualquier caso, más allá de cualquier clasificación de desechos, la realidad es que el sector agrícola produce enormes cantidades de residuos, en parte explicables porque se trata de actividades ligadas al sector primario de la producción. Como en cualquier actividad, la gestión de desechos en general es un asunto de vital importancia por múltiples razones, que van desde la higiene pública hasta la capacidad productiva del campo, pasando por supuesto por el cuidado ambiental. Pero vamos por partes.
¿Qué son los residuos agrícolas?
En primer lugar, hay que decir que “residuos agrícolas” y “residuos forestales” muchas veces se emplean como sinónimos, aunque estrictamente no son lo mismo. En general, ambos términos coinciden en designar lo que queda de los cultivos, o lo que queda tras las limpiezas del campo para preparar la tierra para el cultivo o sencillamente para controlar plagas o potenciales incendios. En casos como estos, muchas veces se trata de residuos voluminosos, hecho que presenta una dificultad particular a la hora de su gestión. A su vez, los residuos agrícolas y ganaderos pueden ser tanto sólidos como líquidos.
Los desechos agrícolas pueden estar constituidos por madera o hierba descartada de los cultivos, y por estar atados a los cultivos están atados también fundamentalmente a su estacionalidad, ya sea porque siguen el calendario de siembra y cosecha o porque dichos momentos exigen que estos desechos sean retirados de la tierra productiva para que no interfieran ni atraigan plagas o propicien incendios. También se consideran desechos agrícolas lo residuos industriales asociados a la agricultura y la producción agroalimentaria. Algunos ejemplos de residuos de este tipo son los resultantes de la producción de aceites o los de la industria vitivinícola, entre muchísimos otros.
En relación a los residuos forestales, sí suele tratarse de eco residuos, principalmente madera. Estos pueden provenir, como mencionábamos antes, del mantenimiento de zonas forestales asociadas a la poda y la limpieza, pero también de actividades industriales, como la fabricación de productos de corcho o madera, el papel, y el trabajo de los aserraderos. Sin embargo, el tratamiento de desechos orgánicos no es ni menos importante ni necesariamente más sencillo que el de desechos inorgánicos. Abandonar los residuos forestales en el bosque, por ejemplo, puede propiciar incendios forestales y desbalances en la población de insectos o animales que podrían convertirse en plagas.

Antes de seguir: ¿cuáles son los desechos orgánicos e inorgánicos?
Los residuos en Argentina representan un problema en todos los niveles: desde la escala familiar hasta la escala industrial. Antes de contarte un poco más sobre desechos agrícolas y sus ejemplos, sería bueno aclarar, como para que no quede lugar a dudas, una cuestión que venimos mencionando, y que son los desechos orgánicos e inorgánicos y su distinción.
La clasificación de desechos en orgánicos e inorgánicos responde al origen de los mismos. Cuando hablamos de desechos orgánicos, nos referimos a desechos de origen biológico. Esto es: restos de organismos que alguna vez estuvieron vivos, o residuos producidos por ellos en alguno de sus procesos vitales. Estos desechos son los que se descomponen naturalmente, y aunque es el tipo de basura que tiende a producirnos más rechazo, la realidad es que en los desechos orgánicos el tratamiento es más sencillo que en los inorgánicos, a la vez que generan menos problemas a nivel ambiental.
Por su parte, los desechos inorgánicos son, a diferencia de los orgánicos, los que no tienen origen biológico. Esto hace que su degradación lleve más tiempo, si es que ocurre en absoluto, y esto los convierte en enemigos del medioambiente y grandes aliados de la contaminación. Si bien existen algunas instancias de clasificación de residuos en Argentina, su desarrollo se da de forma muy desigual. Sin embargo, si se compara a escala global, es cierto que la generación de residuos en Argentina es muy menor a la de los grandes productores del mundo desarrollado, como ocurre en todos los países subdesarrollados o del sur global.

¿Qué hacer con los residuos agrícolas?
Uno de los mayores riesgos del inadecuado tratamiento de residuos en Argentina (y en el mundo) es la existencia de desechos agrícolas que contaminan el agua. En múltiples ocasiones se han llevado a cabo estudios y análisis con alarmantes resultados, aunque lo cierto es que no se encuentran sólo desechos agrícolas en el agua: el sector agrícola es sólo una de las tantas actividades que, mal gestionadas, pueden poner en peligro tal recurso.
Como en todos los ámbitos, los pueden ser mejor o peor gestionados. Por ejemplo, la quema de residuos agrícolas, extremadamente frecuente en nuestro país, es proporcionalmente riesgosa. En incontables ocasiones estas prácticas redundan en incendios forestales, cuya naturaleza accidental es una y otra vez puesta en duda. También hablábamos antes de la contaminación del agua por desechos agrícolas, otro resultado de la mala gestión de dichos desechos. Pero otros modos de administrar los residuos son posibles.Lo cierto es que el aprovechamiento de residuos agrícolas y forestales es posible, y viene siendo objeto de gran estudio y debate, en consonancia con los tiempos que corren. El aprovechamiento de residuos y cultivos agrícolas para la producción de biomasa parece ser uno de los caminos de mayor proyección, y hay que recordar que el resultante de biomasa de residuos agrícolas no se usufructúa únicamente a través de la combustión. También se la puede aprovechar transformándola en combustible.
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