¿Qué es el policultivo?
El policultivo es una técnica agrícola que consiste en cultivar diferentes especies vegetales en un mismo terreno y al mismo tiempo. A diferencia del monocultivo, basado en una sola especie, esta práctica promueve la biodiversidad y el aprovechamiento equilibrado del suelo. Se trata de un método sustentable, que busca imitar los ecosistemas naturales donde conviven muchas especies vegetales y animales en equilibrio.
El policultivo es elegido por sus múltiples beneficios. Entre ellos, una mayor resistencia a plagas, un uso más eficiente del agua y los nutrientes y una mejora en la calidad del suelo. En Rotoplas profundizamos sobre el uso de procedimiento que hace foco en un uso responsable de los recursos hídricos y fortalece la relación entre agricultura y sostenibilidad.
¿Para qué sirve un policultivo?
El objetivo del policultivo es aprovechar las ventajas que ofrece la diversidad de especies para mejorar la producción agrícola de manera sostenible. Gracias a la combinación de cultivos se puede lograr una mayor eficiencia en el uso del espacio, del agua y de los nutrientes disponibles en el suelo. Cada especie cumple un rol distinto: mientras una planta fija nitrógeno, otra puede repeler plagas o atraer polinizadores.
La policultura puede ayudar a reducir el impacto ambiental de la actividad agrícola. En lugar de agotar el suelo con una sola especie, se lo nutre de manera variada y constante. También disminuye la necesidad de aplicar pesticidas y fertilizantes artificiales, ya que el propio ecosistema del policultivo se vuelve más resistente.
En comunidades rurales, los agricultores han utilizado esta técnica durante siglos, combinando, por ejemplo, maíz, frijoles y calabaza, conocidos como las «tres hermanas» en varias culturas de América. Estas plantas se complementan entre sí y ayudan a crear un microclima favorable para el desarrollo de todas.
¿Cómo se hace un policultivo?
Implementar un policultivo no requiere tecnología avanzada, pero sí planificación. Lo primero es seleccionar las especies adecuadas. Es importante elegir plantas que no compitan entre sí por los mismos recursos y que, en la medida de lo posible, se complementen. Combinar plantas de raíces profundas con otras de raíces superficiales, por citar un ejemplo permite aprovechar mejor el perfil del suelo.
Una práctica común es combinar cultivos de ciclo corto con otros de ciclo más largo. De esta forma, se obtiene producción escalonada y se evita dejar el suelo desnudo, lo cual previene la erosión. Otra estrategia es asociar plantas con diferentes estructuras: algunas que crecen en altura, otras que cubren el suelo y otras que se desarrollan bajo tierra. Así, se crea un ecosistema agrícola más equilibrado.
También es fundamental considerar las condiciones climáticas de la región, el tipo de suelo y la disponibilidad de agua. Contar con tanques de almacenamiento de agua y sistemas de filtración adecuados puede ser clave para garantizar el riego eficiente y la sostenibilidad del cultivo.
La rotación de cultivos es otro aliado del policultivo. Si bien son técnicas diferentes, ambas se complementan. Rotar los cultivos evita el agotamiento del suelo y la acumulación de enfermedades o plagas que afecten a una sola especie.
Policultivo y monocultivo: diferencias y consecuencias
Cuando se compara el policultivo y el monocultivo, se revelan diferencias importantes en términos de impacto ambiental y productividad a largo plazo. El monocultivo, que se enfoca en una sola especie en grandes extensiones, puede generar altos rendimientos en el corto plazo, pero también conlleva riesgos.
Una de las ventajas del monocultivo es su facilidad de manejo. Al tratarse de una sola especie, se simplifican tareas como la siembra, el riego y la cosecha. Sin embargo, esto también puede convertirse en una desventaja si ocurre una plaga o enfermedad específica, ya que toda la producción se ve amenazada.
Por otro lado, una de las desventajas del policultivo es que requiere mayor planificación y conocimiento técnico. No todos los agricultores están familiarizados con la selección de especies compatibles o con los tiempos de cultivo de cada planta. A su vez, puede resultar más difícil mecanizar algunas tareas.
De todas formas, la policultura suele resultar más beneficiosa para el suelo y para la salud del ecosistema agrícola en el largo plazo. Favorece la biodiversidad, mejora la retención de agua y reduce la dependencia de insumos externos. También promueve una alimentación más variada y nutritiva.
En un mundo donde la sostenibilidad es cada vez más importante, empresas tanto agrícolas como industriales están reevaluando las ventajas del monocultivo frente a los beneficios del policultivo. Es en este contexto que surgen oportunidades para tecnologías relacionadas, como los sistemas de captación y tratamiento de agua, clave para una producción agroecológica eficiente.
¿Qué es el policultivo de hortalizas?
El policultivo de hortalizas es una de las formas más comunes y prácticas de aplicar esta técnica en huertas familiares, comunitarias o comerciales. Consiste en sembrar distintas especies de hortalizas en un mismo espacio, aprovechando sus diferentes necesidades y características para lograr una producción más saludable y resiliente.
En este tipo de cultivo, se pueden combinar hortalizas de raíz (como zanahorias o rábanos) con hortalizas de hoja (como lechuga o acelga) y hortalizas de fruto (como tomates o pimientos). Estas combinaciones no solo permiten un uso más eficiente del suelo, sino que también contribuyen a reducir la aparición de plagas ya que la diversidad de plantas confunde a los insectos.
El policultivo de hortalizas también es ideal para huertas urbanas, donde el espacio es limitado. Con una planificación adecuada es posible producir una gran variedad de alimentos en pocos metros cuadrados. Los principios de la puericultura se pueden aplicar incluso en terrazas o balcones, utilizando macetas o camas elevadas.
Como sucede con cualquier policultivo, es fundamental tener en cuenta la rotación, la asociación de especies compatibles y la planificación del riego. En este último punto, contar con soluciones de almacenamiento y filtración de agua puede marcar la diferencia, especialmente en zonas con lluvias escasas o riego irregular.
Para aquellos que se preguntan qué es el policultivo y desean comenzar a implementarlo, las huertas de hortalizas ofrecen una excelente oportunidad para experimentar. Además de ser una práctica sustentable, es una manera efectiva y accesible de producir alimentos sanos en cualquier entorno.