Qué es el monocultivo

En este artículo te contamos qué es la agricultura de monocultivo. Te explicamos ventajas y desventajas, sus controversias y cuál es la situación actual en Argentina con el monocultivo de soja.

¿Qué es el monocultivo? 

Empecemos por el principio: decimos que el monocultivo es el sistema de siembra a gran escala que utiliza grandes extensiones de tierra donde se cultiva la misma especie. En un monocultivo se utiliza el mismo sistema de riego, los mismos pesticidas, etc. para toda la plantación. Ejemplos de monocultivo comunes se dan en las plantaciones de soja, monocultivo de maíz, cereal, caña de azúcar y algodón, así como también existe el monocultivo de árboles, como en el caso del pino y del eucalipto. 

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Ventajas y desventajas del monocultivo

Una de las grandes ventajas del monocultivo, y que puede apreciarse a simple vista, es que la producción es masiva. En el caso de alimentos esto es beneficioso para el abastecimiento de la población a un bajo costo. 

Además, el monocultivo requiere de poca mano de obra, ya que ésta es sustituída por maquinaria, por lo que es ideal en zonas poco pobladas. Es por eso que entre las causas del monocultivo, algunos de los motivos para su implementación es la escasez de mano de obra y la necesidad de obtener una gran producción. Es decir que la economía de monocultivo se basa en la mayor productividad con bajos costos de mano de obra.  

Pero las desventajas del monocultivo también son importantes. Es un sistema que atenta contra la biodiversidad, por ejemplo, en el caso de la tala para plantaciones de bosques de monocultivo. En el caso de la agricultura de monocultivo, las especies plantadas tienden a sufrir más la aparición de plagas y enfermedades. El alimento para muchas especies animales se sustituye por la especie plantada, por lo que algunas plagas empiezan a carecer de depredadores naturales. Las poblaciones de plagas crecen de forma desmedida. 

El monocultivo, además, requiere de plaguicidas, por lo que otra consecuencia negativa es la contaminación del ambiente, la tierra, las aguas y el aire. Por otro lado también es importante cómo afecta al suelo el monocultivo, ya que las constantes plantaciones de las mismas especies producen un agotamiento y un deterioro de la tierra y de su fertilidad. Esto es así porque la especie que se impone para el monocultivo agota los nutrientes que la tierra más necesita y le aporta constantemente las mismas sustancias. 

Es un fenómeno que afecta a la biodiversidad de las bacterias que viven en el terreno y, por lo tanto, una de las consecuencias es la degradación de los suelos por monocultivo. Por otro lado, como producto de este desgaste que sufre el terreno, su productividad baja y el monocultivo comienza a requerir de la utilización de fertilizantes.  

Para solucionar el problema del monocultivo se han utilizado sistemas alternativos como los cultivos combinados y la rotación de cultivos. Como lo indica el término, un cultivo combinado es la división del terreno en zonas de monocultivo y zonas donde se implementan las plantaciones de otras especies. Esto permite equilibrar los nutrientes y las especies del ecosistema. 

La rotación de cultivos es el método en el que se alterna la agricultura de monocultivo con plantaciones de diferentes especies que sirven para regenerar el suelo y aportar beneficios diversos a la tierra. Estas siembras de rotación se hacen una vez culminada la cosecha del monocultivo. 

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Monocultivo de soja en Argentina

Argentina, junto con Brasil, Paraguay, Bolivia y Uruguay, forma parte de la denominada “patria grande sojera”, que cuenta con 47 millones de hectáreas de monocultivo de soja transgénica. Actualmente, la Argentina es el tercer productor mundial de soja gracias al denominado proceso de “sojización”. Sin embargo, hay un intento de cambiar esta situación para solucionar la problemática del monocultivo. 

Si bien la soja es un producto cuyas primeras plantaciones en Argentina datan del siglo XIX, el boom de la soja en esta región llegó a mediados de los años 90, con la soja transgénica, el monocultivo y las plantaciones intensivas. A partir de esta época, el monocultivo de soja en Argentina tuvo la particularidad de desplazar otras actividades agropecuarias. Además, a comienzos de los 2000 el precio de la soja a nivel internacional aumentó, produciendo muchas ganancias para países como el nuestro.

 Esto, sumado a la gran productividad de la soja transgénica a siembra directa, y a la sobrevaluación del peso, generó un incentivo sin precedentes al monocultivo de soja.  Desde 1996 hasta 2006, en tan solo diez años, la producción de soja en Argentina se cuadruplicó. 

Sin embargo, pronto se vieron los límites del monocultivo de soja en Argentina: al principio hubo quejas de distintas organizaciones por la tala indiscriminada y la degradación del suelo. Así empezaban a notarse de a poco las consecuencias de la problemática del monocultivo.  

Foto por Noor Alamshah en Unsplash

Pero hubo un verdadero intento de cambio político cuando empezaron a notarse los impactos en la producción, gracias a las consecuencias en el suelo del monocultivo de soja.  La baja en la productividad se debió al poco control que se tenía de las malezas, el deterioro de la tierra y las inundaciones por monocultivo. Por otro lado, los productores de otros sectores de la agricultura y ganadería argentina comenzaron a quejarse. 

La tenencia de la tierra se comenzaba a monopolizar cada vez más, creando monopolios de monocultivo de soja. Una de las medidas implementadas para revertir la situación total fue la suba de las retenciones a la soja que empezaron a ser, en el 2015, mayores que las retenciones a otras oleaginosas. De esta manera, comenzó a aumentar la rotación de cultivos. El maíz, el trigo y las oleaginosas y gramíneas en general empezaron a aumentar su producción.

 Al día de hoy se redujo bastante la producción de soja, que pasó de tener una relación de 4 a 1 con las gramíneas a tener una relación de cultivo casi equivalente. Es así como en Argentina se comprendió que bajar los riesgos va de la mano con la rotación de cultivos. A pesar del viraje de una economía de monocultivo basada en la producción de soja hacia una economía de progresiva rotación, la rentabilidad no se vio afectada. Un ejemplo de esto es el hecho de que, aunque el año 2021 fue de sequía, la producción de trigo dejó buenos números para las exportaciones. 

Aunque el monocultivo fue un gran hallazgo y la implementación de tecnologías tuvo ventajas en el corto plazo, lo cierto es que las desventajas del monocultivo se pudieron ver en el país. Es importante generar actividades productivas pero sustentables y cuidar los recursos naturales para poder seguir produciendo. 

¿Cuáles son las causas del monocultivo? 

Como decíamos antes, los monocultivos son sistemas agrícolas en los que se cultiva una sola especie de planta en grandes extensiones de tierra. Las causas de los monocultivos pueden variar, pero generalmente se deben a consideraciones económicas y productivas. Es decir, hay motivos por los que a los productores les conviene incurrir en grandes extensiones de una misma especie. Veamos algunos de ellos:

  • Eficiencia y productividad. Los monocultivos permiten una mayor eficiencia en la producción agrícola al enfocarse en una sola especie de cultivo. Esto facilita la aplicación de técnicas y maquinaria específicas para esa planta, lo que puede aumentar la productividad y reducir los costos.
  • Demanda del mercado. Algunos monocultivos se establecen para satisfacer la demanda de productos agrícolas específicos en el mercado. Por ejemplo, la producción masiva en Argentina de ciertos cultivos como el maíz, la soja o el trigo se realiza para abastecer la industria alimentaria y los productos derivados, ya que son commodities muy requeridos en el mundo. 
  • Rentabilidad económica. En muchos casos, los monocultivos se implementan debido a su rentabilidad económica. Al centrarse en una sola especie de cultivo, los agricultores pueden especializarse y obtener mayores ganancias al aumentar la escala de producción y negociar precios favorables con los compradores.

Estas tres son las principales causas del monocultivo. Sin embargo, los monocultivos también tienen diversas consecuencias negativas que valen la pena tener en cuenta tanto como sus beneficios. 

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Consecuencias de los monocultivos

Antes hablamos de las causas de los monocultivos, es decir, de los motivos por los que los productores eligen este tipo de cultivo. Ahora bien, pese a la rentabilidad y la eficiencia,  también existen consecuencias insoslayables. Veamos algunas:

  • Pérdida de biodiversidad. Al eliminar la variedad de plantas en un área, los monocultivos reducen la diversidad biológica y pueden causar la pérdida de hábitats y especies nativas. Esto puede tener impactos negativos en los ecosistemas locales y la cadena alimentaria. Por eso hay distintas ONGs e informes ambientales que advierten sobre el uso indiscriminado de monocultivos.
  • Vulnerabilidad a enfermedades y plagas. Los monocultivos crean condiciones propicias para la propagación de enfermedades y plagas específicas de esa planta. Cuando se cultiva una sola especie en grandes extensiones, cualquier enfermedad o plaga puede extenderse rápidamente y causar grandes pérdidas de cultivos.
  • Degradación del suelo. La repetida siembra de la misma especie en un área puede agotar los nutrientes del suelo de manera desequilibrada. Esto puede llevar a la degradación del suelo, la disminución de su fertilidad y la necesidad de utilizar más fertilizantes y productos químicos para mantener los rendimientos. Por eso se recomiendan prácticas como la rotación de cultivos, o también los llamados cultivos de servicio.

¿Cuáles son los orígenes del monocultivo? 

En cuanto a dónde se empezaron a implementar los monocultivos, su origen se remonta a diferentes momentos y lugares de la historia de la agricultura. A grandes rasgos, se puede decir que el desarrollo a gran escala de los monocultivos modernos se inició en el contexto de la Revolución Agrícola, que tuvo lugar en Europa occidental durante los siglos XVIII y XIX. 

Fue un momento en el que crecían las ciudades y la población mundial se multiplicaba. A medida que avanzaba la industrialización y aumentaba la demanda de alimentos, se adoptaron prácticas agrícolas intensivas que incluían la especialización en la producción de ciertos cultivos y la expansión de las áreas cultivadas de manera uniforme con una sola especie. Estos modelos agrícolas se han extendido a nivel mundial a lo largo del tiempo y al día de hoy son utilizados en la actualidad en muchas partes del mundo.

Si bien hay críticas al sistema de monocultivos, como contraparte suele surgir el interrogante de si es posible alimentar casi ocho mil millones de habitantes en el planeta si no es con cultivos masivos y bajo el influjo de fertilizantes químicos que aceleren la producción. 

Tipos de cultivos

Ahora bien, existen varios tipos de monocultivos, cada uno caracterizado por el tipo de cultivo que se produce en grandes extensiones de tierra. Algunos de los tipos más comunes de monocultivos son:

Monocultivos de cereales

Este tipo de monocultivo se enfoca en la producción de cereales como el trigo, el maíz, el arroz y la cebada. Son cultivos que se utilizan principalmente para la alimentación humana y animal, así como para la producción de biocombustibles.

Monocultivos de oleaginosas

Los monocultivos de oleaginosas se centran en la producción de cultivos como la soja, el girasol, el colza y el aceite de palma. Estos cultivos se utilizan para la obtención de aceites vegetales, que tienen múltiples aplicaciones en la industria alimentaria y de biocombustibles.

Monocultivos de frutas y hortalizas

Este tipo de monocultivo se enfoca en la producción de frutas y hortalizas específicas, como los cultivos de manzanas, naranjas, plátanos, tomates, zanahorias, entre otros.

Son cultivos que suelen tener una alta demanda en el mercado debido a su consumo directo y su uso en la industria alimentaria.

Monocultivos de caña de azúcar

 La caña de azúcar se cultiva extensivamente en regiones tropicales y subtropicales, especialmente en países como Brasil, India, China y Tailandia. También en Argentina, sobre todo en la provincia de Tucumán. Se utiliza principalmente para la producción de azúcar y biocombustibles como el etanol.

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¿Qué países utilizan más el monocultivo? 

Si bien hay países que utilizan el monocultivo más o menos, es importante tener en cuenta que esta práctica agrícola se utiliza en todo el mundo. Algunos países se destacan por su alta dependencia de los monocultivos en su sector agrícola. Algunos ejemplos son:

  • Estados Unidos es uno de los mayores productores de monocultivos a nivel mundial, especialmente de cultivos como el maíz, la soja y el trigo.
  • Brasil es conocido por su extensa producción de monocultivos, en particular de cultivos como la soja, el maíz, la caña de azúcar y el café.
  • Argentina tiene una gran producción de monocultivos, especialmente de cultivos como la soja, el maíz y el trigo.
  • Indonesia y Malasia son importantes productores de monocultivos de aceite de palma, que se utilizan en diversos productos alimenticios y de consumo.

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