¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de armar nuestra huerta?
Armar una huerta en el patio de tu casa en Argentina puede ser una actividad gratificante y productiva. Por eso, en este artículo te explicamos algunas consideraciones clave para tener en cuenta al empezar con esta práctica cada vez más atractiva, incluso para quienes no son especialistas en las prácticas agrícolas.
Ubicación y exposición solar
Elegí un lugar en tu patio que reciba al menos 6-8 horas de luz solar directa al día. La exposición al sol es esencial para el crecimiento de las plantas. Es conveniente que la orientación de tu huerta sea mirando al noreste, y que los cultivos más altos se ubiquen hacia el sur de los más bajos, así la sombra no impide que los más bajos reciban luz del sol.

Tamaño y diseño
Hay que determinar cuánto espacio podés destinar a la huerta. Podés empezar con un pequeño espacio y expandirlo con el tiempo. Diseñá la disposición de las camas de cultivo o macetas de manera que aproveches al máximo el espacio disponible.
Si no tenés mucho lugar, siempre podés usar paredes o alambrados para que tu huerta sea vertical. De esta forma podés sembrar sin problemas verduras de hoja como lechuga, escarola, perejil, achicoria y acelga, y aromáticas herbáceas como tomillo, menta, orégano, salvia y melisa.
Preparación del suelo
Evaluá la calidad de tu suelo. Debe tener un buen drenaje y, si es necesario, enriquecé el suelo con compost u otros materiales orgánicos para mejorar su fertilidad. Si ya tenés tierra en las macetas, podés usarla una vez que retires los restos de plantas y raíces, y mezclándola con sustrato compuesto o humus y un poco de arena.
Elección de cultivos
Elegí plantas que sean adecuadas para el clima de tu región y la temporada. En Argentina, las estaciones son opuestas al hemisferio norte, por lo que los cultivos de verano se plantan en primavera y los cultivos de invierno en otoño. Ejemplos de cultivos comunes incluyen tomates, pimientos, zanahorias, lechuga, espinacas y hierbas como el perejil y el cilantro.
En huertas chicas, hogareñas, una buena recomendación es sembrar hortalizas de rendimiento alto, como por ejemplo, el haba verde enana, vegetales de hoja, tomate, morrón, calabacines, entre otras. Son cultivos chicos, pero no importa: ahora lo fundamental es que veas que sos capaz de lograr que una semilla dé frutos. La clave está en tener en cuenta en qué época se siembra cada especie.
Prácticas de riego
Establecé un sistema de riego eficiente para mantener el suelo húmedo pero no empapado. Puedes usar mangueras, riego por goteo o regaderas.
Acordate: no siempre las condiciones climáticas son suficientes para abastecer a las plantas de agua de manera constante. Por otro lado, existen tipos de suelo que no se ven tan beneficiados por el agua de lluvia, ya que no pueden absorberla de manera eficiente. Por eso es importante contar con un sistema de riego complementario que cumpla con las necesidades del cultivo, que pueda utilizarse cuando las raíces necesitan abastecimiento directo de agua, pero también en momentos donde la lluvia escasea.
El sistema de riego por goteo consiste en conducir el agua o fertilizantes líquidos impulsados a presión, a través de una red de tuberías, regando los cultivos con pequeñas cantidades de agua de manera intermitente. La ventaja de este sistema de riego es que llega directamente a las raíces, con lo cual se impide la formación de hierbas malas y, al no saturar el suelo de agua, se mantiene su calidad.
Una última cosa: la mejor hora para regar es por la mañana, ya que se minimiza la evaporación, o bien al atardecer. En verano y en primavera la cantidad de riego debe ser mayor, porque la exposición al sol es mayor y porque las plantas están en plena producción y requieren mayor energía.

Control de plagas y enfermedades
Investigá las plagas y enfermedades comunes en tu área y cómo prevenirlas o tratarlas de manera natural. El uso de pesticidas químicos debe ser el último recurso.
En una huerta casera podés enfrentarte a una variedad de plagas y enfermedades que afectan a tus cultivos. Algunas de las plagas más comunes incluyen pulgones, orugas, caracoles y babosas, trips y ácaros. Los pulgones son pequeños insectos chupadores que se alimentan de la savia de las plantas, lo que puede debilitarlas. Las orugas, larvas de mariposas y polillas, se alimentan de las hojas de las plantas, causando daño al follaje.
Los caracoles y babosas también dañan las hojas y frutas al alimentarse de ellas, especialmente en climas húmedos. Los trips son insectos diminutos que pueden causar daño al hacer que las hojas se vuelvan plateadas o deformadas. Los ácaros, como los ácaros araña, pueden debilitar las plantas al chupar la savia de las hojas, lo que provoca amarilleo y deformación.
Mantenimiento
La huerta va a necesitar atención regular. Esto incluye la eliminación de malas hierbas, la poda de plantas, la fertilización y el control de plagas. Hay que realizar un seguimiento constante para mantener un jardín saludable.
Rotación de cultivos
Cambiá la ubicación de tus cultivos de un año a otro para evitar el agotamiento del suelo y reducir el riesgo de enfermedades. Por ejemplo, es buena idea sembrar las hortalizas que maduran más tarde (habas, ajo, papa, cebolla, remolacha, zanahoria, repollo, brócoli, coliflor y maíz) donde antes hubo otras de rápido crecimiento (lechuga, espinaca, rábanos, cebolla de verdeo y arvejas).
¿Cómo empezar a sembrar?
Una buena forma de empezar en tu huerta casera es sembrando en almácigos, es decir, pequeños recipientes que protegen a la semilla de las adversidades del clima. Esto se puede hacer en maples de huevo, semilleros o minimacetas. Después se hace el traspaso al lugar de cultivo. Así es como se hace con el brócoli, repollo, coliflor, pimientos, tomate y berenjena, entre otros.