La importancia de los Cultivos de Servicio
En este artículo, te explicamos todo lo necesario sobre de un tema muy importante para la ecología actual en nuestro país: los cultivos de servicio. Qué son, cómo se cultivan y para qué sirven.
A grandes rasgos, los cultivos de servicio son una herramienta que permite conservar las propiedades del suelo y el ecosistema luego del daño producido por otros tipos de producción agrícola más rentables. En este artículo vamos a ver a qué nos referimos exactamente cuando hablamos de cultivos de servicio, qué tipos de cultivos de servicio existen, cuáles son exactamente sus beneficios y cuál es la situación de los cultivos de servicio en nuestro país.
Qué son los cultivos de servicio
Se les dice cultivos de servicio a aquellos que no están destinados desde un primer momento para la cosecha. Es decir, es un tipo de producción agrícola cuyo fin no es rentable. Cabe preguntarse, entonces, para qué sirven los cultivos de servicio. La respuesta es la siguiente: los cultivos de servicio o cobertura aportan a los suelos y al ecosistema en general distintos beneficios, y sirven para recomponer el ambiente luego de un cultivo de tipo productivo. El recambio de cultivos o la rotación de cultivos es clave para la conservación del medio ambiente. Veremos por qué esto es necesario y, además, cuáles son todos los beneficios del cultivo de servicios.
La importancia de los cultivos de servicio
Luego de la llamada “revolución verde”, principalmente en países como Argentina, donde la actividad agropecuaria juega un rol central en la economía desde hace más de un siglo, el sistema productivo agrícola buscó siempre intensificarse y lograr una rentabilidad máxima, con el fin de exportar.
Pero esto no fue gratis, porque trajo perjuicios entre los cuales podemos nombrar el deterioro del ecosistema. Esto se debe a que para intensificar el cultivo y la producción agrícola se aplican fertilizantes, agroquímicos, gasoil y otros productos para incrementar la energía que puede brindar el medio de cultivo. Tal contaminación tiene un efecto negativo sobre los servicios ecosistémicos que brinda el ecosistema original. Esto se debe a cambios en la estructura del suelo y a cambios en la composición de sus nutrientes, entre otros perjuicios.
Pero si queremos que los tipos de medios de cultivo presentes en nuestro país no se deterioren rápidamente, es necesario un cambio de paradigma que, a la vez que beneficie la producción económica, también cuide el recurso natural para el presente y el futuro. Los cultivos de servicio, llamados también cultivos de cobertura, han sido una solución interesante, sustentable y con muchos beneficios. Se calcula que un 50% del impacto ambiental puede reducirse gracias a los cultivos de cobertura. Así, su utilización permite incrementar la diversidad biológica, mejorar el microbioma de los suelos, regular la cantidad de agua, controlar el incremento de malezas y la temperatura del suelo, controlar el nivel de diferentes sustancias, descompactar la tierra, entre otros muchísimos beneficios.
Qué se cultiva y cómo en los cultivos de servicio
Pero los cultivos de servicio no se implementan de forma genérica, sino que en un primer momento es importante hacer una evaluación de cuáles son los servicios a reparar. Luego, se espera la separación entre una cosecha y otra de los cultivos rentables y se elige qué tipo de cultivo de cobertura se va a llevar a cabo.
Cabe aclarar que aunque los cultivos de servicio no tengan como fin principal la cosecha de productos rentables, ésta sí puede ser un beneficio colateral de los cultivos de cobertura. Es decir: puede ocurrir que el cultivo de servicio que se necesitó tenga, a su vez, una cosecha apta para el mercado. Por ejemplo, a veces se utiliza el centeno, la avena, el rabanito y la arveja como cultivo de servicio. Otros cultivos de cobertura no tienen este beneficio extra, como es el caso del trébol vicia.
Pero, como dijimos, lo primero es evaluar cuál es la necesidad del ecosistema, y sobre esta base se elige el tipo de cultivo de servicio. Hay principalmente tres tipos: las gramíneas, las leguminosas y las plantas no leguminosas. La cobertura a partir de gramíneas, que son la avena, la cebada, el maíz, el centeno y el trigo, protege al suelo contra la erosión que produce el crecimiento de las raíces y concentran el nitrógeno presente en la tierra. Los cultivos de servicio de leguminosas evitan que el suelo se compacte y también beneficia la concentración de nitrógeno. Los cultivos de leguminosas incluyen el trébol de diferentes tipos y la lenteja. Por último, los cultivos de plantas no leguminosas, que incluyen nabos y rabanitos, generan abono orgánico y sirven para la reducción de las malezas.
Cultivos de servicio en Argentina
Como vimos más arriba, en Argentina la actividad agropecuaria es fundamental, por lo que también es importante no solo la rentabilidad de los suelos, sino también su uso sustentable y su cuidado. En nuestro país, la tierra permanece inactiva en el invierno, por lo que es un momento apto para la implementación de cultivos de servicio. Afortunadamente, el 19% de los productores dan lugar a los cultivos de cobertura, y aunque es un porcentaje que parece bajo, el incremento de este tipo de cultivos es del quíntuple en tan solo cinco años.
Uno de los problemas con los que se enfrenta esta práctica agrícola es el de que muchas veces los cultivos de cobertura necesitan de un clima específico y de condiciones ambientales que permitan su crecimiento. El mapa de cultivos de servicio en Argentina muestra que la mayor proporción de este tipo de cultivos se encuentran en el noreste y en la provincia de Entre Ríos, además del sur de Córdoba. En total, los cultivos de servicio en nuestro país ocuparon en el último año aproximadamente 350 mil hectáreas. Por este motivo, la concientización sobre las actividades sustentables surtió un buen efecto, a pesar de que todavía falta mucho por hacer y de que muchas veces las condiciones ambientales no benefician este tipo de prácticas agrícolas.