Fertilizantes químicos: ventajas y desventajas
En agricultura, es muy importante asegurarnos de la productividad y rendimiento del suelo, de que este tenga las mejores características y de que las plantas sean fuertes y bien desarrolladas. Esto es vital tanto para la subsistencia como para economías agrarias como la nuestra. Afortunadamente, gracias a los avances en investigación y tecnología, contamos con numerosos insumos y formas de incrementar el desarrollo agrícola y proteger las plantaciones, tales como el uso de fertilizantes para plantas, los abonos y los pesticidas.
Pero tener una tierra fértil es el primer paso, sumamente necesario, para poder tener una plantación saludable y rendidora. Es por eso que dedicamos este artículo a los fertilizantes para plantas, para que puedas tener la información necesaria acerca de qué tipos de fertilizantes existen y cuáles son las ventajas y las desventajas de los agroquímicos, un tipo de fertilizante de uso muy extendido en los últimos tiempos.
¿Qué es un fertilizante?
Cuando hablamos de fertilizantes, nos referimos a sustancias que utilizamos en la tierra, a modo de insumo para la agricultura, para que los suelos sean más ricos en nutrientes. Los fertilizantes para las plantas permiten un mejor crecimiento y mayor rendimiento a futuro, incrementando el potencial productivo del suelo. Pero ¿para qué sirven los fertilizantes?
No siempre la tierra, por más que se trate de suelos privilegiados, está provista de todas las sustancias necesarias para que cada tipo de plantación crezca, se desarrolle y reproduzca de la mejor manera. Muchas veces se deteriora y requiere del uso de fertilizantes que aporten los sustratos y nutrientes que hagan falta, por ejemplo, los fertilizantes pueden proveer nitrógeno para las plantas. Estos nutrientes son sumamente necesarios, tanto como la luz solar y el agua, por lo que la fertilización del suelo es un paso necesario en cualquier tipo de cultivo.
Las principales sustancias necesarias para una buena fertilización del suelo son el nitrógeno, el potasio y el fósforo, pero los fertilizantes de plantas muchas veces aportan elementos extra que ayudan al crecimiento de las plantas, como hierro, zinc, cobre y micronutrientes esenciales.
Tipos de fertilizantes
Para hablar de fertilizantes para plantas primero hay que saber que existen en el mercado dos tipos de fertilizantes principales, los fertilizantes químicos y los fertilizantes orgánicos. Vamos a ver cómo son estos tipos de fertilizantes y por qué se distinguen, por ejemplo, vamos a ver las diferencias entre los fertilizantes químicos y orgánicos.
Fertilizantes químicos
Son un tipo de producto agroquímico y están elaborados artificialmente con materiales sintéticos, o bien de origen animal, vegetal o mineral. Son compuestos artificialmente para proveer al suelo de los principales sustratos y sustancias, tales como el potasio, el nitrógeno y el fósforo. Sus resultados son rápidos. Con el uso de fertilizantes químicos muy pronto se ven los beneficios en la salud de la planta. También son llamados fertilizantes inorgánicos.
Fertilizantes orgánicos
Se forman de manera natural y se utilizan en tierra como fertilizante para plantas. Estos fertilizantes para plantas también reciben el nombre de abonos. La intervención humana en su producción es nula o casi nula, y su origen puede ser animal, vegetal, mineral o mixto. Un buen ejemplo de fertilizante orgánico es la utilización del estiércol para favorecer la calidad del suelo. Otros ejemplos de fertilizantes orgánicos son el compost y los abonos verdes.
Como ventaja, podemos nombrar el cuidado del medioambiente en su utilización. Es por eso que suelen ser elegidos para agricultura ecológica. Pero también tienen algunas desventajas: una de las diferencias entre fertilizantes químicos y orgánicos es su solubilidad en agua, que en el caso de los fertilizantes orgánicos suele ser lenta, por lo que la absorción en raíces también se ralentiza.
Fertilizantes químicos: ventajas y desventajas
¿Qué son los agroquímicos? Conforme la ciencia y la tecnología avanza, también avanza la superpoblación mundial y la demanda alimenticia. Esto da como resultado la búsqueda a través de la tecnología del mejoramiento de las cosechas. Los fertilizantes químicos o agroquímicos han sido una respuesta a este tipo de problemáticas. Analicemos sus ventajas y desventajas.
Fertilizantes químicos: ventajas y beneficios
- Mayor productividad: El alto rendimiento de los fertilizantes químicos está a la altura de lo requerido por agriculturas de tipo intensivo. Es por eso que, a menor cantidad de hectáreas, el rendimiento debe ser optimizado y los fertilizantes químicos son una gran ayuda para lograr esto.
- Ajuste a los suelos: Como son producidos artificialmente pueden suplir las necesidades específicas de cada suelo. Los fertilizantes químicos corrigen las diferencias entre las necesidades de la plantación específica y los aportes de la tierra. Es por eso que se adecuan a las necesidades específicas. Los fertilizantes químicos tienen índices precisos y determinados de las diferentes sustancias que aportan. Un buen ejemplo de esto es el de los fertilizantes con nitrógeno, tan utilizados en la agricultura actual.
- Utilidad en situaciones críticas: Los agroquímicos son una solución de emergencia con efectos rápidos ante situaciones climáticas críticas.
Las desventajas de los fertilizantes químicos
Los agroquímicos también pueden tener consecuencias indeseables para el medio ambiente, la tierra y las plantas. Por eso requieren de un uso medido y organizado. La fertilización del suelo es necesaria, pero debe ser balanceada con la prevención de ciertos efectos negativos que los agroquímicos pueden causar.
Una de las diferencias entre fertilizantes químicos y orgánicos es que los segundos son más naturales y ecológicos y pueden servir para complementar e incluso reemplazar el uso de agroquímicos, ya que acarrean menos riesgos para el medio y la salud. En resumen, la mala utilización de los agroquímicos puede causar:
- Degradación en los suelos: La contaminación por agroquímicos es la principal desventaja, ya que perjudica la salud del ecosistema. El suelo puede perder sensibilidad y capacidad de absorción por el uso indiscriminado de este tipo de fertilizantes.
- Contaminación de agua subterránea: La utilización desmedida y poco controlada de fertilizantes químicos influye negativamente en las aguas subterráneas y esto puede traer perjuicios a la salud y a la producción agrícola futura, debido a la toxicidad de los agroquímicos.
- Quemaduras en las plantas: principalmente son causadas por fertilizantes químicos con alto contenido de sales. La deshidratación y quemaduras pueden observarse en los tejidos de las plantas.
Crecimiento desmedido y perjudicial de las plantas: Por el uso excesivo de agroquímicos se puede sobreincentivar el crecimiento de las plantas, sobrecargando los tejidos y a las raíces que naturalmente están preparadas para determinado tamaño estándar del vegetal. Esto, lejos de incrementar el buen desarrollo y la productividad, es perjudicial para la planta.
¿Qué fertilizantes químicos se utilizan en la agricultura?
La agricultura intensiva se apoya en el uso de fertilizantes químicos para maximizar la productividad y mantener la fertilidad del suelo. En Argentina, estos fertilizantes se clasifican principalmente en tres grandes categorías según el nutriente predominante que aportan: nitrogenados, fosfatados y potásicos. Cada uno de ellos cumple un rol fundamental en el desarrollo de los cultivos más importantes del país, como el trigo, el maíz, la soja, y el girasol, entre otros.
En el caso de los fertilizantes nitrogenados, la urea es el más utilizado. Este compuesto es fundamental en la producción de cultivos como el trigo y el maíz, ya que el nitrógeno posibilita el crecimiento vegetal, promueve la formación de proteínas y el desarrollo foliar. Otros fertilizantes nitrogenados como el nitrato de amonio y el sulfato de amonio también son comunes, especialmente en áreas donde se busca una liberación más controlada de nitrógeno o una corrección del pH del suelo.
Los fertilizantes fosfatados tienen lugar en la fase inicial del crecimiento de los cultivos porque facilitan el desarrollo radicular y la floración. En Argentina, los más utilizados son el superfosfato simple (SSP), el superfosfato triple (TSP) y el fosfato monoamónico (MAP). Estos fertilizantes son especialmente importantes en la producción de soja y maíz, donde el fósforo es esencial para el desarrollo de la planta, aunque en la soja se utiliza en menor cantidad comparado con otros cultivos, dado que esta leguminosa fija su propio nitrógeno.
Por otro lado, los fertilizantes potásicos, como el cloruro de potasio (KCl) y el sulfato de potasio, son utilizados para mejorar la resistencia de las plantas a las enfermedades y para aumentar la calidad de los frutos. El cloruro de potasio es muy utilizado en cultivos extensivos como el maíz, el trigo y el girasol, mientras que el sulfato de potasio es preferido en la producción de frutas y hortalizas debido a su menor contenido de cloro, que podría ser perjudicial en estos cultivos más sensibles.
Cada uno de estos fertilizantes se aplica según las necesidades de cada cultivo y las características del suelo. Por ejemplo, en la industria del trigo y del maíz, que representan una parte muy grande de la producción agrícola del país, se suele utilizar una combinación de fertilizantes nitrogenados y fosfatados para asegurar un crecimiento firme y un alto rendimiento. En cambio, en la producción de soja, que tiene la capacidad de fijar nitrógeno atmosférico, se reduce el uso de fertilizantes nitrogenados y se enfoca más en el aporte de fósforo.
Por último, en cultivos como frutas y hortalizas, que requieren un manejo más delicado y especializado, se utilizan fertilizantes potásicos y fosfatados con características específicas para evitar daños por acumulación de ciertos nutrientes y para maximizar la calidad del producto final.
¿Cuál es el fertilizante más común utilizado por los agricultores en Argentina y en el mundo?
El fertilizante más utilizado tanto en Argentina como en el mundo es la urea, un fertilizante nitrogenado que aporta una alta concentración de nitrógeno (alrededor del 46%), esencial para el crecimiento de la mayoría de los cultivos.
En Argentina
La urea es ampliamente utilizada en cultivos como el maíz, el trigo, y la cebada, debido a la importancia del nitrógeno en el desarrollo vegetativo y la producción de granos. Es un fertilizante versátil, accesible y efectivo, lo que lo convierte en la opción preferida por los agricultores argentinos.
A nivel mundial
A nivel global, la urea también es el fertilizante más comúnmente utilizado. Su alta concentración de nitrógeno, facilidad de transporte y almacenamiento, así como su costo relativamente bajo en comparación con otros fertilizantes nitrogenados, hacen que sea la opción más elegida por los agricultores en diferentes regiones del mundo, especialmente en los principales países productores de granos como Estados Unidos, China, e India.
¿Qué fertilizantes contienen nitrógeno fósforo y potasio?
Los fertilizantes que contienen nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), comúnmente conocidos como fertilizantes NPK, son ampliamente utilizados en la agricultura debido a su capacidad para mejorar el crecimiento y la productividad de las plantas. Cada uno de estos nutrientes juega un papel importante en diferentes aspectos del desarrollo vegetal. El nitrógeno es esencial para la formación de proteínas y la fotosíntesis; el fósforo es clave para la transferencia de energía y el desarrollo de las raíces; y el potasio regula procesos como la apertura de estomas y la resistencia a enfermedades.
Ventajas y desventajas de los fertilizantes con nitrógeno fósforo y potasio
Ventajas
- Mejora del crecimiento y la productividad. Los fertilizantes NPK pueden aumentar en gran medida la tasa de crecimiento y la producción de cultivos, especialmente en condiciones donde los nutrientes del suelo son limitados. Por ejemplo, hay estudios que demuestran que la aplicación óptima de NPK mejora el rendimiento y la calidad de cultivos como el crisantemo, al tiempo que beneficia en la biodiversidad microbiana del suelo, lo que facilita un mejor reciclaje de nutrientes.
- Conveniencia. Estos fertilizantes están formulados para proporcionar los nutrientes esenciales en proporciones equilibradas, lo que facilita su uso por los agricultores. Además, son más económicos y fácilmente disponibles que muchas alternativas orgánicas.
Desventajas
- Impacto ambiental. El uso excesivo o inadecuado de fertilizantes NPK puede provocar la lixiviación de nutrientes como el nitrógeno hacia el agua subterránea, contribuyendo a la contaminación del agua y problemas como la eutrofización. Esto puede tener consecuencias graves para los ecosistemas acuáticos y la salud humana.
- Degradación del suelo. A largo plazo, el uso continuado de fertilizantes químicos NPK puede llevar a la disminución de la fertilidad del suelo. Esto ocurre porque estos fertilizantes no aportan materia orgánica al suelo, lo que puede reducir la capacidad del suelo para mantener la salud a largo plazo y la productividad de los cultivos.
- Riesgos para la salud: Algunos fertilizantes NPK pueden contener metales pesados y otros contaminantes que, si se acumulan en el suelo o son absorbidos por las plantas, podrían ingresar a la cadena alimentaria, con posibles riesgos para la salud humana y animal.