Evolución de la industria forestal en Argentina
En este artículo te contamos todo lo que tenés que saber acerca de la industria forestal en Argentina: cuáles son las características de la producción maderera nacional y de los recursos forestales, qué importancia tienen estos recursos para el medioambiente, y más.
La importancia de los recursos madereros
Argentina es un país conocido principalmente por su industria agropecuaria. Pero además del cultivo de maíz, soja y la cría de animales, pocos saben que también cuenta con recursos madereros importantes y que tiene un gran potencial de extracción de la madera. En primer lugar, se puede decir que la capacidad de los recursos forestales y madereros del país podrían ser una contribución importante para la atracción de capitales extranjeros a través de la exportación de materia prima, la creación de puestos de trabajo en fábricas de madera, la producción energética y la industria para la comercialización de la madera que sustituya las importaciones.
En segundo lugar, los bosques tienen una relevancia fundamental en el cuidado del medio ambiente argentino y del mundo: contribuyen a la regulación del cambio climático junto con los océanos y a la existencia de la biodiversidad, entre otros aportes vitales.
En resumen, el recurso forestal tiene posibilidades de ser estratégicamente explotado, aunque cuidando el circuito productivo y controlando la deforestación en Argentina a través del cumplimiento de las leyes, dado que tiene una importancia vital en las esferas ambiental, social y económica.

Bosques argentinos
La superficie de bosques argentinos destinados al circuito productivo de la industria maderera en general es de más de 42 mil hectáreas de un total de 33 millones de hectáreas de bosque nativo. Pero el potencial para la plantación de bosques es todavía mayor: 5 millones de hectáreas. Es así que el país tiene capacidad para aumentar con creces su caudal de exportación y su industria.
Los bosques nativos incluyen tanto bosques naturales de especies autóctonas, como también de plantaciones destinadas a la deforestación con el objetivo de cuidar las hectáreas naturales. Las provincias con mayor potencial maderero son Salta, La Pampa, Santa Fe, Chaco, Misiones y Formosa. Los principales maderos nativos son el quebracho, el algarrobo, el lapacho, los alerces y los sauces, mientras que las plantaciones artificiales suelen ser de especies coníferas. La gran mayoría de la producción maderera y papelera se obtiene de especies implantadas artificialmente.

La producción forestal
La producción forestal no incluye únicamente la maderera, sino que también abarca la industria papelera para consumo interno. El subsistema maderero, a su vez, puede dividirse en carpintería para la construcción y la mobiliaria cuyas maderas provienen principalmente del árbol del pino. Otros sectores de la industria maderera están relacionados con la leña y la extracción de postes.
Evolución de la producción forestal, un problema en Argentina
En un primer momento, durante el siglo XX la producción de maderas y papeles, obtenidos a través de procesos de transformación de la madera, tuvo un crecimiento importante a partir del período de sustitución de importaciones hacia mitad de siglo. Esto se profundiza más en la década del setenta, con la implantación de productoras papeleras para consumo interno. Hacia los años sesenta, por otra parte, los aserraderos de maderas nativas estaban abocadas a la industria mobiliaria. Pero aun así, la madera de obra se importaba. De esta manera, la denominada sustitución de importaciones en este sector comenzó con un florecimiento a mitad de siglo, pero con bajo nivel de exportaciones y una producción maderera interna de baja calidad, maderas económicas e industria maderera artesanal. Esto se debió a la falta de inversiones y a que el consumo al interior de Argentina en maderas fue decreciendo.
Ciertos sectores productivos madereros en Argentina tardaron en crecer. La situación desfavorable se extendió desde los años ochenta hasta la década del 2000 aproximadamente. El insumo interno comenzó a ser únicamente de unidades productivas de bajo alcance y abasteciendo al mercado de productos de trituración. La liberación del mercado hacia la competitividad extranjera profundizó aún más esta situación. La inversión estatal disminuyó, sobre todo en lo relativo a los recursos tecnológicos para la extracción de maderas.

Esta situación es llamativa dado el potencial forestal del país que mencionamos más arriba. Pero puede explicarse, además, a partir de la vuelta a la economía principalmente primaria, sojera y ganadera, que implica la deforestación de bosques para la plantación y la crianza de animales. Los bosques han ido sufriendo un deterioro que además involucra el desafío de perseguir la tala ilegal.
Todo esto da como resultado un balance desfavorable financiero al interior del sector maderero: lo que produce la industria está en franco déficit con el gasto de las importaciones del mismo sector. La diversificación industrial maderera ha sido escasa tanto para el mercado interno como para exportación.
Desafíos de la industria forestal
Para generar un crecimiento sostenible, hay determinados factores que deben prevalecer: el uso estratégico de los bosques, la plantación de hectáreas, la inversión en tecnología, la persecución de la tala ilegal y, además, un régimen que favorezca la producción forestal y no solo la ganadera y sojera.
La gran mayoría de los gobiernos nacionales no han respetado las leyes propuestas en este sentido, como por ejemplo la promulgada en el 2009 con el nombre de “Protección Ambiental de los Bosques Nativos” (Ley N° 26.331). La producción de maderas debe ser sostenible, cuidando los recursos para las generaciones futuras, tanto en extensión y salud de los bosques, su diversidad biológica y las funciones sociales y económicas que puede cumplir, como por ejemplo la creación de nuevos puestos de trabajo en la industria de la madera y la industria forestal, además del papel ambiental mencionado más arriba. El desafío está en el cuidado de los bosques existentes, la plantación estratégica de nuevas hectáreas y la orientación financiera adecuada.