¿Cuáles son los cultivos primaverales?

Con la primavera llegan temperaturas más altas, días más largos por la incidencia del sol y el fin de las heladas. Además, los insectos polinizadores empiezan a hacer su trabajo. Los árboles florecen, el ciclo de la naturaleza vuelve a comenzar. En este contexto, hay determinado tipo de plantas y cultivos que se van a ver favorecidas para su desarrollo, mientras que otras no. 

En este artículo te explicamos cuáles son los cultivos primaverales en Argentina y te damos algunas recomendaciones generales para cultivar en esta estación. 

¿Cuáles son los cultivos de primavera?

En Argentina, los cultivos de primavera son aquellos que se siembran durante la estación de primavera para ser cosechados en verano o principios de otoño. Los cultivos de primavera son fundamentales para la agricultura del país y representan una parte significativa de su producción agrícola. Algunos de los cultivos de primavera más comunes en Argentina son:

  • Maíz: El maíz es uno de los cultivos más importantes de Argentina. Se cultiva en diferentes regiones del país y se utiliza para diversos fines, como la alimentación humana, la producción de alimentos para animales y la industria. Actualmente, el grano de maíz se aprovecha en su totalidad para la obtención de una gran cantidad de productos, ya sean de consumo directo o como insumos en otras industrias. Por eso, en el área agroindustrial, el procesamiento del maíz es una de las actividades que genera más valor agregado. 
  • Soja: La soja es otro cultivo esencial en Argentina y representa una parte significativa de su producción agrícola. Argentina es uno de los principales productores y exportadores de soja a nivel mundial. La siembra va de septiembre a noviembre para cosechar entre abril y junio.  
  • Girasol: El girasol es un cultivo de primavera que se cultiva principalmente en las provincias centrales y norteñas de Argentina. Sus semillas se utilizan para obtener aceite y como alimento para aves.
  • Sorgo: El sorgo es un cultivo de verano que se utiliza principalmente como alimento para el ganado, aunque también tiene otros usos, como la producción de etanol.
  • Maní: El maní es cultivado principalmente en la región del norte de Argentina y se utiliza tanto para consumo humano como para la elaboración de aceite y productos alimentarios. Se siembra en primavera y necesita alrededor de 4 a 5 meses para alcanzar su madurez y estar listo para la cosecha. Al sembrarlo en primavera, el maní tiene suficiente tiempo para crecer y producir sus vainas antes de que llegue el otoño, cuando las temperaturas más frías y la falta de luz solar pueden afectar su desarrollo.
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Recomendaciones para cultivar en primavera

Si estás considerando sembrar cultivos en primavera en Argentina, te damos algunas recomendaciones generales que te pueden ser útiles, siempre recordando que las consideraciones generales deben ser adecuadas a las condiciones específicas. Por ejemplo, no es lo mismo sembrar girasol que maní, no es lo mismo cultivar en la Patagonia que en el noroeste argentino, ya que cambian las condiciones geográficas y la temperatura. 

Dicho esto, veamos algunas recomendaciones para cultivar en primavera:

  • Planificación del cultivo. Antes de sembrar, investigá y planificá qué cultivos son más adecuados para tu región, suelo y clima. Considerá factores como el ciclo de crecimiento de la planta, la resistencia a enfermedades y plagas, así como la demanda del mercado para tus productos.
  • Preparación del suelo. Asegurate de preparar adecuadamente el suelo antes de la siembra. Realizá un análisis de suelo para determinar su fertilidad y necesidades de nutrientes. Podés incorporar fertilizantes orgánicos o inorgánicos según las recomendaciones del análisis.
  • Siembra adecuada. Seguí las recomendaciones específicas de siembra para cada cultivo. Considerá la profundidad y el espaciamiento entre las semillas. Hay que sembrar en el momento óptimo, ya que algunos cultivos tienen ventanas de siembra más específicas.
  • Fundamental: el riego. Durante la primavera las lluvias son más frecuentes, pero también es importante estar preparado para proporcionar riego adicional en caso de sequías o períodos de escasa precipitación.
  • Control de malezas. Controlá las malezas en los campos para evitar que compitan con tus cultivos por los nutrientes y el agua.
  • Manejo de plagas y enfermedades. Mantené un monitoreo constante de tus cultivos para identificar y controlar a tiempo cualquier plaga o enfermedad que pueda afectarlos. Utilizá métodos de manejo integrado de plagas que incluyan medidas preventivas y uso responsable de pesticidas, si es necesario.
  • Rotación de cultivos. Considera la rotación de cultivos para mantener la fertilidad del suelo y reducir la acumulación de plagas y enfermedades específicas.
  • Cosecha oportuna. Establecé el momento adecuado para la cosecha de cada cultivo, ya que una cosecha tardía o temprana puede afectar su calidad y rendimiento.
  • Conocimiento local. Consultá con agricultores locales, cooperativas agrícolas o extensionistas para obtener información y consejos específicos para tu área. En definitiva, no sos el primero ni el último en la práctica del cultivo, siempre hay colegas que pueden ayudarte y compartir sus experiencias.
  • Registros y seguimiento. Llevá un registro detallado de las prácticas agrícolas, los rendimientos y los resultados obtenidos en cada temporada. Esto te va ayudar a mejorar tus técnicas y tomar decisiones informadas en futuras siembras.
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¿Por qué sembrar en primavera?

Sembrar en primavera ofrece diversas ventajas y beneficios para el desarrollo óptimo de muchos cultivos. En primer lugar, la primavera suele presentar temperaturas más cálidas y estables, lo que beneficia el crecimiento y desarrollo de las plantas. Además, los días son más largos, lo que proporciona una mayor cantidad de luz solar, esencial para el proceso de fotosíntesis.

Otro motivo para cultivar en primavera es que después del invierno el suelo toma temperatura y permite una mejor germinación de las semillas, lo que favorece un establecimiento más rápido y vigoroso de los cultivos.

En muchas regiones, la primavera es una temporada en la que se registran lluvias más frecuentes, lo que asegura una adecuada disponibilidad de agua para el desarrollo inicial de las plantas. Esto reduce la dependencia del riego artificial y facilita el crecimiento temprano.

En cuanto al ciclo de vida de las plantas, muchos cultivos tienen ciclos de crecimiento específicos que se ajustan bien a la duración de la primavera y el verano. Sembrar en primavera permite que las plantas tengan tiempo suficiente para completar su ciclo vegetativo y producir flores y frutos antes de que llegue el invierno, que puede ser desfavorable para algunas especies.

Otro tema importante está relacionado con la variedad. La primavera permite la siembra de una amplia variedad de cultivos, desde aquellos que requieren un clima cálido hasta otros que son más tolerantes al frío. Esto promueve la diversificación agrícola y puede beneficiar la economía de los agricultores al tener diferentes opciones de cultivo para comercializar.

Algunos cultivos de primavera, como las frutas y hortalizas frescas, están en alta demanda durante la temporada de verano, lo que puede generar mejores precios y oportunidades de negocio para los agricultores.

Por último, sembrar en primavera evita el riesgo de exposición a heladas tardías, que pueden dañar las plántulas y afectar la producción.

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