Control de malezas: ¿Cómo hacerla?

El control de malezas es un desafío para el trabajo agrícola. Por eso, en este artículo te mostramos todo lo que necesitás saber sobre las malezas: qué son, sus distintos tipos y cómo controlarlas para que no afecten tus cultivos.

Qué son las malezas y cómo afectan a los cultivos

Hierba mala nunca muere, dice el refrán. ¿Será verdad? Las malezas, también llamadas malas hierbas, son plantas de distintas especies silvestres que crecen naturalmente en la tierra. Se las considera malas hierbas porque no son deseadas por el ser humano, sobre todo en cultivos intencionados, ya que podrían afectar su crecimiento.

Las malezas se reproducen a gran velocidad, y en muchos casos son muy difíciles de eliminar: se adaptan a su medio ambiente de un modo impresionante. El problema, como mencionamos, es que pueden impedir el desarrollo de otras especies.

En este sentido, las malezas son un mal con el que todo agricultor debe lidiar tarde o temprano. Por ejemplo, pueden ocupar el espacio que quiere destinarse para un cultivo en particular, impedir el paso de la luz hacia ellos, modificar la calidad de los suelos y su fertilidad, la capacidad de retención hídrica, causar alergias e irritaciones o afectar la misma calidad del cultivo por sus características biológicas.

Además, las malas hierbas pueden dificultar el momento de cosecha y las distintas actividades agrícolas como la fertilización, y la poda. En algunos casos, también pueden albergar enfermedades o ser atractivas para plagas de insectos.

Sin embargo, es importante resaltar que algunas especies fueron introducidas con fines productivos, y terminaron afectando al manejo de los cultivos, dispersándose en el ambiente. Tal es el caso del sorgo, que se introdujo como especie forrajera.

Tipos de malezas en los cultivos

Ahora bien, existen distintos tipos de malezas en los cultivos, sobre las cuales es importante estar al tanto. Hoy en día, el mundo de las malezas es inmenso y su control varia por el nivel de resistencia que fueron adquiriendo con el tiempo. Veamos un pequeño manual de malezas más comunes en Argentina:

  • Gramilla

La gramilla es el mayor problema en el país, ya que su control se volvió muy difícil, especialmente cuando llega a cubrir todo el suelo. 

Este tipo de maleza produce en los cultivos el ahogamiento de las plantas y se reproduce durante la mayor parte del año, rebrotando además rápidamente. Es importante estar atento en épocas de lluvias y de aplicación de fertilizantes que no resurjan, ya que favorecen su propagación. El fluazifop butil o el glifosato pueden ser eficientes para combatirla.

  • Cabeza blanca

La cabeza blanca es un arbusto que puede llegar a tener dos metros y medio de altura. Es muy común que crezcan en cercanía de árboles cítricos.

  • Borraja o Flor Morada

La Borraja o Flor Morada crece a principios de primavera, sobre todo en suelos trabajados. Lo mejor es quitarla rápidamente, ya que es un tipo de maleza que puede alcanzar un metro de altura y acaparar la luz que necesitan los cultivos.

  • Pasto rosado

El pasto rosado no es una maleza muy densa, pero sí muy fértil en tierras más arenosas y zonas cálidas y secas. Se reproduce muy rápidamente.

  • Cebollín

El Cebollín es una de las especies más difíciles de combatir, debido a que la mayoría de los métodos de control de malezas ya no son efectivos con ellos, por lo que es de suma importancia estar atentos a su surgimiento.

  • Verdolaga

La verdolaga es una maleza muy invasora por su densidad y la altura que puede llegar a tener, de casi un metro, formando además pequeños grupos por doquier. Suelen aparecer muy rápidamente, incluso luego de haber sido recientemente retiradas. Es una especie que puede hacer que cualquiera ruegue por que se descubra de una vez como eliminar esta maleza para siempre.

  • Nabon

El nabon surge durante el invierno, incluso en suelos muy trabajados. Aunque por otro lado, al crecer en suelos muy fértiles, puede ser tomado como buena señal. Por más que crezcan de forma aislada, es una especie que se reproduce rápidamente.

  • Roseta

La roseta pertenece a la familia de las gramíneas y se reproduce especialmente en suelos arenosos. Puede llegar a cubrir suelos enteros si no se la trata rápidamente, al pegarse fácilmente en las ropas o pelajes de los animales.

  • Sorgo de Alepo

El Sorgo de Alepo puede llegar a tener un metro de alto. Es una maleza muy invasora y de muy difícil erradicación. Se recomienda combatir estas malezas con herbicidas de contacto en vez de rastrillaje, ya que la última técnica las disemina. Aunque se presentan aisladamente al comienzo, pueden llegar a formar un grupo de alta densidad.

  • Altamisa

La altamisa es uno de los tipos de malezas de hoja ancha más comunes, que puede llegar a tener hasta 30 cm de alto. Su densidad la vuelven una de las especies más difíciles de controlar y, en los casos en que llega a crecer del todo, de eliminar.

maleza
Foto por Jamie Street en Unsplash

Cómo eliminar las malezas

Para el control de malezas es necesario contar con una multiplicidad de herramientas. Los herbicidas son una opción a la hora de enfrentar el crecimiento de hierbas no deseadas, sobre todo para evitar que lleguen a perjudicar a los cultivos.

Existen distintos tipos de herbicidas: inorgánicos y orgánicos. Los inorgánicos se componen de ingredientes químicos creados por el hombre, y los orgánicos se basan en componentes naturales. Es importante, a la hora de elegir un herbicida, atender al tipo de planta, o familia de plantas que combaten, y de aplicar las dosis necesarias para que no modifiquen la calidad de los suelos ni de los cultivos.

El uso de herbicidas se difundió rápidamente en las últimas décadas, debido a que las técnicas de rastrillaje y/o arranque de malezas perjudicaba considerablemente la captación hídrica de los suelos y su porosidad.

En general, la aplicación de herbicidas da buenos resultados: aumenta los rendimientos agrícolas y genera una mejor captación del agua en los suelos. Algunos herbicidas pueden mantener sus efectos durante meses en los cultivos.

Según el INTA, a la hora de comenzar a utilizar herbicidas, lo mejor es hacer una primera prueba de sus efectos en una parcela que no haya recibido un tratamiento con herbicidas anteriormente. Puede servir probar con una mezcla. Deben mantenerse los que se hayan utilizado en los años siguientes. 

En algunos casos, se puede llegar a destinar un terreno inculto, cuya maleza se quema para cultivarlo, y así probar distintas opciones.

Es importante que los herbicidas se apliquen hacia finales de invierno o principios de primavera, ya que los suelos deben encontrarse húmedos para hacer una mejor asimilación del producto. Las dosis en cultivos o plantas jóvenes no deben superar los 2 kg por metro cuadrado, por más que las malezas sean demasiadas, y la llegada del producto en el suelo debe ser mayor a la que hacen las raíces del cultivo.

Un chequeo continuo sobre cómo son asimilados los herbicidas debe realizarse para evitar efectos no deseados, y tomar nota de la resistencia a ellos (o no) de las malezas.

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