¿Cómo los cultivos se pueden beneficiar del tratamiento de aguas residuales?
El tratamiento de aguas residuales es indispensable para la salud del ambiente, de las personas y de los ecosistemas. Descubrí cuáles son las ventajas del tratamiento de aguas residuales y como con Rotoplas se puede afrontar ese desafío.
Importancia del agua
El agua, es nuestro recurso natural más preciado. Sin embargo, se encuentra amenazada y los científicos advierten que la escasez de agua enfrentará una mayor presión debido a los crecientes efectos del cambio climático. Por lo tanto, es importante utilizar formas de tratar, reutilizar y reciclar el agua que tenemos disponible, a fin de asegurar el suministro de agua para las futuras generaciones.
Agua utilizada en la agricultura
La Organización para la Agricultura y la Alimentación define el riego como «la aplicación artificial de agua al suelo con el fin de suministrar la humedad esencial para el crecimiento de las plantas.
El riego es un proceso extremadamente importante en la agricultura en todo el mundo. La cantidad de agua que se utiliza para riego es inmensa, por ejemplo, el maíz puede requerir entre 6000 a 9000 metros cúbicos de agua por hectárea por año. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), aproximadamente el 70% del agua dulce disponible en el mundo se utiliza en la agricultura, y aunque hay muchos tipos diferentes de sistemas de riego disponibles, según las necesidades del agricultor y del contexto, se siguen utilizando métodos que desperdician mucha agua.
Antecedentes históricos
La evolución del tratamiento de aguas residuales para la agricultura se remonta a civilizaciones antiguas donde se empleaban diversas prácticas y técnicas para gestionar las aguas residuales. Desde el desarrollo de sistemas de riego en Mesopotamia hasta el uso de aguas residuales para fertilización en la antigua Roma, las prácticas históricas han allanado el camino para los métodos modernos de tratamiento de aguas residuales en la agricultura.
No se puede subestimar el impacto de las aguas residuales no tratadas en los productos agrícolas y la calidad del suelo. Las aguas residuales no tratadas pueden introducir patógenos dañinos, metales pesados y otros contaminantes en el suelo, lo que plantea riesgos tanto para la salud de los cultivos como para la salud humana. Sin embargo, un tratamiento eficaz de las aguas residuales puede mejorar el rendimiento de los cultivos y garantizar una agricultura sostenible al eliminar contaminantes y proporcionar nutrientes esenciales al suelo.
El uso de agua tratada puede ofrecer numerosos beneficios a la agricultura, contribuyendo a la sostenibilidad y eficiencia del sector. En primer lugar, el agua tratada permite la reutilización de recursos hídricos, lo que es especialmente importante en regiones con escasez de agua. Esto ayuda a conservar las fuentes de agua dulce para otros usos esenciales, como el consumo humano.
Además, el agua tratada puede contener nutrientes beneficiosos que pueden actuar como fertilizantes naturales para los cultivos. Esto no solo reduce la necesidad de fertilizantes químicos adicionales, sino que también puede mejorar la salud del suelo y aumentar la productividad agrícola.
El uso de agua tratada también puede contribuir a la gestión sostenible del agua, promoviendo prácticas agrícolas que son más resilientes a las fluctuaciones en la disponibilidad de agua debido al cambio climático. Al diversificar las fuentes de agua, los agricultores pueden tener un suministro más constante y predecible, lo que es crucial para la planificación y gestión efectiva de las tierras de cultivo.
Asimismo, el uso de agua tratada puede ayudar a reducir la contaminación de los cuerpos de agua naturales. Al emplear técnicas adecuadas de tratamiento y reutilización, se minimiza la descarga de aguas residuales no tratadas en ríos y lagos, protegiendo así los ecosistemas acuáticos y la biodiversidad.
Por último, la adopción de agua tratada en la agricultura puede fomentar el desarrollo de tecnologías y prácticas innovadoras. Esto incluye sistemas avanzados de riego y técnicas de manejo de suelos que optimizan el uso del agua y mejoran la eficiencia en la producción agrícola. En resumen, el uso de agua tratada en la agricultura no solo ofrece una solución sostenible para la gestión del agua, sino que también contribuye a la salud del suelo, la productividad de los cultivos y la protección del medio ambiente.
¿Cuáles son los beneficios del uso del riego con aguas residuales en la agricultura?
Alto contenido de nutrientes: las aguas residuales tienen un contenido naturalmente alto de nutrientes que reduce o incluso elimina la necesidad de costosos fertilizantes químicos. Esto ayuda a apoyar a las personas de las comunidades más pobres al reducir los costos de funcionamiento agrícola.
Respetuoso con el medio ambiente: el uso de aguas residuales para regar cultivos y tierras de cultivo es una práctica sostenible que ayuda a reducir el desperdicio de agua y conservar el suministro de agua.
Mayor producción de cultivos: el riego permite a los agricultores cultivar más pastos y cultivos al brindarles acceso al agua. Especialmente en momentos en los que, de otro modo, sería difícil lograr un buen crecimiento de las plantas. Tener acceso al agua durante todo el año también alarga la temporada de crecimiento. Además, el riego permite a los agricultores cultivar en zonas que de otro modo se considerarían demasiado secas. Proporciona un “seguro” contra la variabilidad estacional y la sequía.
Cultivos de mejor calidad: el riego permite a los agricultores producir cultivos y pastos de mayor calidad, ya que el estrés hídrico puede afectar drásticamente la calidad de los productos agrícolas.
Aumentar el valor de la propiedad: la tierra irrigada tiene el potencial de sustentar mayores cultivos y producción animal. Por tanto, es más valioso. Esto significa que contar con un sistema de riego a menudo mejora el valor de la propiedad.
Nuestro planeta no tiene recursos infinitos de agua y no durará para siempre. Por tanto, es fundamental que reciclemos el agua que tenemos para asegurar el suministro a las generaciones futuras. Las aguas residuales y todos los demás materiales que se van por el desagüe son un auténtico tesoro de materias primas selectas. Este recurso puede irrigar jardines y campos agrícolas, o reponer aguas superficiales y subterráneas. El reciclaje de agua es una solución ambiental y económicamente viable para ayudar a conservar nuestros recursos hídricos.
Campo argentino:un campo de oportunidades
Según la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) las aguas residuales tratadas podrían regar unas 500 mil hectáreas de maíz.
Además del ahorro de agua, ese potencial permitiría reducir varias enfermedades y disponer de agua dulce apta para riego cuya demanda para 2050 se espera que ascienda al 35 por ciento.
En el mundo, según el estudio de Fauba, se riegan alrededor de 345 millones de hectáreas; representan el 18% del área cultivable y produce alrededor de 50% de la producción total de alimentos.
Sin embargo, en la Argentina existen 2,4 millones de hectáreas bajo riego es decir: solo 5,5% de la superficie cultivable del país.