¿Cómo aprovechar el agua durante la técnica de barbecho?
El barbecho es la técnica que se emplea en el campo para mejorar las condiciones del suelo. Es un descanso que se realiza entre el momento de siembra y de cultivo con el objetivo de regenerar los nutrientes y las características de la tierra. Conoce todo sobre esta técnica y qué papel juega el agua durante este periodo de recuperación.
La importancia del barbecho
Básicamente, el período de barbecho se refiere a la tierra arada y labrada, pero que se deja sin sembrar durante la temporada de crecimiento.
El barbecho también se realiza generalmente para conservar la humedad. Al mantener sin cultivo la tierra por uno o más años se mejora la fertilidad del suelo, pues se da tiempo para que los microorganismos que viven en la tierra, la llenen de nutrientes y minerales.
En algunas zonas, el periodo de la técnica del barbecho puede durar dos años y se extiende durante 3 años. Todo depende de los ciclos de cultivo y de las necesidades del lugar.
Tipos de barbechos
Hay dos tipos de barbecho: uno corto y otro largo que se relacionan con el tiempo de gestión en el control de malezas.
También se encuentra el barbecho químico, en el que se eliminan las malas hierbas mediante herbicidas, y el mecánico, que es más efectivo y emplea herramientas que aceleran el proceso de descomposición al enterrar las hierbas.
El barbecho herbáceo consiste en dejar el terreno por completo y no tener mantenimiento de ninguna manera mientras se deja reposar (rastrojo).
En el barbecho cultivado la tierra se mantiene durante el período de descanso.
Actualmente, es muy habitual ver la técnica del barbecho en campos que emplean la agricultura extensiva. En ellos generalmente se practica el período baldío junto con los sistemas de cultivo rotación.
Aunque la técnica del barbecho es muy eficiente para mejorar la calidad de la tierra. También existen otros factores a destacar.
Aspectos claves para obtener mayor eficiencia
Además de practicar la técnica de barbecho, también se deben aplicar otros procesos, como la conservación de la humedad del suelo, la elección de los herbicidas adecuados a aplicar y el seguimiento de la técnica.
Por ejemplo, mantener buenos niveles de humedad es fundamental para conservar el suelo sobre todo en los primeros centímetros de la tierra, pues es muy importante ya que es allí donde se ubicará la semilla.
Si se realiza un control adecuado, se pueden conservar entre 50 y 60 milímetros de agua.
Otro aspecto a considerar es la elección de herbicidas: debemos tener en cuenta las condiciones climáticas, la distribución, abundancia y composición de las malas hierbas que crecen, además del ciclo de su crecimiento y agresividad.
Finalmente, es fundamental dar seguimiento de los cultivos y su crecimiento en el suelo, estableciendo y eliminando las malas hierbas que se desarrollan. Un seguimiento insuficiente significa que los controles no son eficaces.
Una buena técnica de barbecho debe presentar:
– Crecimiento rápido para suprimir las malas hierbas y la lucha contra la erosión.
– Una relación costo-beneficio aceptable.
– Debe ser fácil de gestionar.
Agua, aliada incondicional
No podemos cultivar plantas, incluidas frutas, verduras y cereales, sin agua. Las plantas nos proporcionan alimento tanto a nosotros como a los animales que comemos. Por lo tanto, tampoco podemos criar vacas, pollos o cerdos sin agua. ¡El agua es esencial para cultivar trigo y alimentar al ganado!
La agricultura es el mayor consumidor mundial de nuestros recursos hídricos. A nivel mundial, alrededor del 70% del uso humano de agua se destina al riego de cultivos. En las regiones áridas, el riego puede representar más del 80% del consumo de agua de una región.
Tips para un riego adecuado:
El agua tiene muchos roles importantes dentro de los cultivos y durante la técnica del barbecho también cumple un papel relevante.
Se necesita agua suplementaria cuando la lluvia natural no es suficiente para mantener los cultivos saludables después de que los suelos se hayan secado. La temperatura, la luz solar, el viento, la humedad y las precipitaciones naturales son factores climáticos que ayudan a determinar la cantidad de riego que se necesita.
¡Conocé tu suelo! La textura del suelo (determinada por la cantidad de arena, limo y arcilla en el suelo) influye en la cantidad de agua que puede almacenarse y estar disponible para el uso de los cultivos. Por ejemplo, los suelos de textura gruesa, como los suelos arenosos, tienen poca capacidad de retención de agua y deberán regarse con más frecuencia que los suelos con más arcilla y materia orgánica que pueden retener más agua.
Se debe suministrar riego para reponer la cantidad de humedad perdida.
Supervisá las condiciones y el agua solo cuando sea necesario. Podés utilizar una sonda de suelo o sensores de humedad para comprobar el suelo y ver si está húmedo a una profundidad justo por debajo de la mayor parte del sistema de raíces.
Recordá: no todos los campos son iguales. La textura del suelo y el clima influyen en la cantidad de agua. Evita regar en condiciones de viento porque no obtendrás una cobertura muy uniforme.
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