La chicharrita, el desafío que enfrenta el maíz
El cultivo de maíz es una de las grandes actividades económicas de nuestro país. Más del 75% del suelo cultivable, es decir, unas 24 millones de hectáreas, está ocupado por soja, maíz y algodón. En ese ranking, el cultivo de maíz ocupa el segundo lugar, después de la soja.
Por eso, las enfermedades del maíz no son desdeñables. Una de ellas es causada por la chicharrita, un insecto pequeño pero muy destructivo en el maiz, sobre todo por su capacidad de transmitir enfermedades que afectan tanto el rendimiento como la calidad del maíz. En este artículo te explicamos qué hace la chicharrita al maíz, los efectos que produce y cómo combatirla.
¿Qué hace la chicharrita en el maíz?
La chicharrita del maíz (Dalbulus maidis) es un insecto pequeño que puede causar serios problemas en los cultivos de maíz. Este insecto se alimenta de la savia de la planta y, al hacerlo, actúa como vector de enfermedades que afectan al maíz, como el enanismo esporádico, la rayado fino, y la corn stunt spiroplasma. Estas enfermedades pueden disminuir el rendimiento de la planta, afectar el tamaño de las mazorcas y, en casos graves, arruinar la cosecha.
Las chicharritas también se reproducen rápidamente, lo que hace más difícil su control. Para proteger el cultivo hay diferentes técnicas: los agricultores suelen aplicar técnicas de manejo integrado, como el uso de insecticidas selectivos, control biológico con enemigos naturales, o prácticas culturales que desincentivan la presencia de la chicharrita en el campo.
Estos pequeños insectos se alimentan de la savia de la planta de maíz. Al insertarse en la planta, extrae los nutrientes de los vasos del floema, debilitando la planta y generando estrés en ella. Sin embargo, el acto de succión no es el principal problema que causa, sino que al alimentarse, la chicharrita introduce virus y otros patógenos en la planta, lo que da origen a enfermedades serias.
¿Qué provoca la chicharrita?
La chicharrita del maíz produce una serie de consecuencias que pueden ser devastadoras para los cultivos. Sus efectos van más allá del simple daño físico que provoca al alimentarse de la planta; el mayor problema es, como decíamos en el apartado anterior, que este insecto es portador de patógenos que desencadenan enfermedades graves en el maíz. Estas son algunas de las principales consecuencias de su presencia en los cultivos:
Enfermedades graves en las plantas
La chicharrita es vector de varias enfermedades importantes, como:
- Enanismo esporádico del maíz: Causado por fitoplasmas, esta enfermedad reduce significativamente el tamaño de la planta, atrofiándola y limitando su capacidad de producir grano.
- Rayado fino: Un virus que causa líneas finas en las hojas, interfiriendo con la fotosíntesis. Esto debilita a la planta y limita su crecimiento.
- Corn stunt spiroplasma: Esta es una de las enfermedades más graves, producida por la bacteria Spiroplasma kunkelii, que reduce el crecimiento de la planta, deforma las mazorcas y provoca pérdidas de rendimiento de hasta el 50% o más.
Pérdida de rendimiento
Las enfermedades transmitidas por la chicharrita afectan la producción de grano de maíz. Las plantas enfermas tienen menor capacidad para desarrollar mazorcas sanas y completas, y en muchos casos, la producción total se reduce drásticamente. Esto representa una pérdida económica para los agricultores, ya que sus cosechas pueden verse disminuidas en cantidad y calidad.
Problemas de calidad en el grano
Las plantas infectadas no solo producen menos grano, sino que la calidad del mismo también se ve comprometida. Los granos de plantas enfermas suelen ser pequeños, deformes y pueden tener bajo contenido de nutrientes, lo que afecta su valor en el mercado.
Reducción de la vida útil del cultivo
Las plantas infectadas suelen morir antes de completar su ciclo de vida. Las enfermedades que transmite la chicharrita provocan un desgaste en la planta que, al no poder sostener su desarrollo completo, termina muriendo. Esto impacta en la capacidad del agricultor para planificar el tiempo de cosecha y afecta la estabilidad del suministro de maíz.
Costos adicionales de control
Para combatir la chicharrita, los agricultores deben implementar estrategias de manejo que suelen requerir inversiones adicionales. Esto puede incluir:
- Uso de insecticidas específicos.
- Implementación de métodos de control biológico, como fomentar la presencia de depredadores naturales.
- Adaptación de prácticas de manejo de cultivo, como la rotación de cultivos y la siembra en fechas específicas para evitar picos de población de chicharritas.
- Compra de semillas de variedades resistentes, que son más costosas.
- El uso intensivo de insecticidas para controlar a la chicharrita puede provocar daños ambientales, afectar a insectos beneficiosos y fomentar la resistencia de la chicharrita a estos productos. Esto hace que el control sea aún más difícil y costoso a largo plazo.
¿Cómo deshacerse de las chicharritas del maíz?
Dado el impacto de la chicharrita, los agricultores suelen recurrir a varias estrategias para controlar sus poblaciones y reducir el impacto de los daños:
- Control químico: El uso de insecticidas es una medida común, aunque debe aplicarse con cuidado para evitar dañar otros insectos beneficiosos y no afectar la salud de quienes consumen el maíz.
- Control biológico: Algunos depredadores naturales, como las mariquitas y ciertos tipos de avispas, pueden ayudar a reducir las poblaciones de chicharritas. Fomentar la biodiversidad en los cultivos puede ayudar a mantener estos depredadores naturales.
- Prácticas culturales: La rotación de cultivos y la siembra en fechas estratégicas también son un buen recurso, ya que disminuyen las posibilidades de que la chicharrita encuentre hospederos disponibles en todas las etapas del ciclo de vida.
- Variedades resistentes: Algunos tipos de maíz han sido modificados para ser más resistentes a las enfermedades que transmiten las chicharritas. Este enfoque, aunque a largo plazo, puede ser una solución más sostenible.