Todo sobre los fertilizantes orgánicos y minerales

Cualquier productor sabe lo determinantes que son los fertilizantes y conoce la importancia de utilizar el tipo de fertilizante correcto en el momento apropiado, así como también que esto implica conocer las necesidades de las plantas y del suelo en cada circunstancia particular. Sin embargo, si no estás familiarizado con el tema, quizá te estés preguntando ahora mismo qué son los fertilizantes exactamente.

¿Qué son los fertilizantes?

En rasgos generales, los fertilizantes son aquellas sustancias que incorporamos deliberadamente a nuestras plantas o cultivos para aprovechar sus nutrientes y lograr que estos se transfieran al suelo o a la planta a la que se los aplicamos. El objetivo por el que usamos cualquier tipo de fertilizantes suele ser incrementar o a veces incluso meramente preservar el grado en que se encuentran ciertas sustancias en el suelo, garantizar la calidad nutricional del sustrato y estimular nuestras plantas en su crecimiento.

Ocurre que el desarrollo y crecimiento de las plantas (a diferencia del de organismos como el nuestro, por ejemplo) no requiere de compuestos complejos como aminoácidos o vitaminas, sino que sintetizan lo que necesitan: la planta absorbe cerca de veinte elementos químicos (diecisiete, para ser más precisos) que se encuentran en el suelo, pero que, como mencionábamos, a veces también nosotros podemos facilitarle utilizando distintos tipos de fertilizantes para plantas.

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¿Qué tipos de fertilizante para plantas existen? 

Fertilizantes orgánicos

En primer lugar, hay que decir que técnicamente existen los fertilizantes para plantas y para suelo, así como existen los fertilizantes líquidos y también los sólidos. Sin embargo, la que posiblemente sea la distinción más fundamental es entre fertilizantes orgánicos y fertilizantes minerales

Cuando hablamos de fertilizantes orgánicos nos referimos al abono orgánico, materia orgánica generada por lombrices, insectos, hongos, bacterias, y también por animales grandes como las vacas y ovejas, y hasta aves: la bosta y el guano compostados son tipos de abonos orgánicos. También algunos residuos propios de la actividad agrícola pueden utilizarse como abono orgánico, como es el caso de los cultivos que se echan a perder o los forrajes. 

En relación a estos fertilizantes orgánicos, los ejemplos que hemos mencionado pueden explicarse también en términos algo más técnicos. Por ejemplo: los huesos de animales, calcinados o sin calcinar, aportan fosfato. Las heces de animales aportan nitrógeno, y las cenizas potasio. Todos estos son elementos indispensables para la salud del suelo y el correcto desarrollo y crecimiento de las plantas. Por el origen de estos distintos tipos de fertilizantes orgánicos es que muchas veces la gente se refiere a ellos como “fertilizantes naturales”. 

Fertilizantes minerales o químicos

Así como es frecuente encontrar quien se refiera a eso que es abono orgánico como “fertilizante natural”, también es muy común que a los fertilizantes minerales se los llame “fertilizantes químicos”. Los fertilizantes minerales (o químicos) se consiguen a través de ciertos procesos químicos inducidos sobre la materia, y es por esto que se los distingue de los fertilizantes naturales. Sin embargo, hay que decir que los materiales sobre los cuales se aplican esos procesos químicos en general se encuentran en la naturaleza, de modo que no sería del todo cierto que no sean naturales.

A diferencia de como ocurría con los orgánicos, los fertilizantes minerales permiten que la planta “elija” los elementos a absorber de acuerdo a sus necesidades del momento, de modo que la fertilización adquiere cierto carácter de “selectividad”. Esta es una ventaja de los “químicos”, aunque su contracara es que, al aplicarse sobre la planta y no sobre el suelo vivo, una mala aplicación podría ocasionar problemas por exceso de sodio, por ejemplo.

fertilizantes para campo

Pero, ¿cuál es el mejor fertilizante para plantas?

La realidad es que por el tipo de aporte que es un fertilizante, siempre sujeto a las necesidades del cultivo, la respuesta a esta pregunta es variable de acuerdo a las circunstancias. En cualquier caso, uno y otro fertilizantes tienen sus respectivas ventajas y desventajas, algunas de las cuales ya hemos mencionado. Pero mencionaremos algunas otras.

Hay otra distinción importante, que es la diferencia entre abono y fertilizante. Aunque este debate pueda no estar técnicamente saldado, sí hay tendencias claras asociadas sobre todo al origen del producto y a su modo de aplicación. Por un lado, solemos referirnos con “abono” a lo que antes definimos como fertilizantes orgánicos, mientras que los fertilizantes en sentido estricto serían los minerales. (Sin embargo, también es frecuente el uso de “fertilizante” de modo genérico).

Por otro lado, mientras que los fertilizantes minerales son para plantas (es decir: se aplican sobre la planta), los abonos más que para plantas son para suelos. De este modo, la planta puede asimilar directamente todos los minerales que le aportan los fertilizantes minerales caseros, sin necesidad de ninguna transformación, y por lo general se trata de productos solubles de fácil aplicación. Por su parte, los nutrientes que provee el abono se aplican sobre el suelo vivo y no sobre la planta. De este modo, para que la planta pueda nutrirse con estos preparados es necesario cierto grado de transformación, que será llevada a cabo por lo general por los propios microorganismos del suelo. Se trata de un tipo de fertilización más indirecta, si se quiere, pero que aporta la ventaja de la autorregulación de la planta, que jamás incurrirá en excesos. Esta es la principal diferencia entre fertilizante y abono.

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Fertilizantes orgánicos: experimentar para conseguir mejores resultados

Sabiendo que existen estos tipos de fertilizantes, sólo resta que estudies las necesidades nutricionales de tus cultivos, la salud de tus suelos, y que en base a ello decidas qué es lo que les viene mejor en este momento específico. Si bien es cierto que son los fertilizantes orgánicos los más sencillos de conseguir y elaborar, y que por este motivo quizá resulte más tentador fabricar fertilizantes orgánicos caseros y no tanto de los químicos, te aseguramos que también existen algunos fertilizantes minerales muy sencillos de lograr (siempre y cuando tengas una química cerca, claro), y que pueden aportar grandes soluciones para tus plantas. Es sólo cuestión de investigar un poco e ir experimentando para alcanzar resultados cada vez mejores.

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